Los empresarios colombianos Jorge Hernán González Ortiz y Carlos Andrés Aldana Gil, ambos con fuerte presencia en el Valle del Cauca, fueron condenados a cadena perpetua en Estados Unidos tras declararse culpables de conspirar para exportar cocaína desde Colombia hacia ese país. La operación, que se extendió durante cinco años, logró mover casi 50 toneladas de cocaína, de acuerdo con informes oficiales.
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González Ortiz, de 50 años, utilizaba su cadena de locales de comida, Fritanga La Negra, y una empresa de espectáculos como vehículos para lavar el dinero obtenido de actividades ilícitas. El negocio, que comenzó con una inversión modesta en 2019, creció de forma exponencial, con ingresos superiores a 1.500 millones de pesos (cerca de 375.000 dólares). Las autoridades colombianas destacaron que la rápida expansión de su negocio generó sospechas debido a la naturaleza poco rentable de su rubro.
Logística desde el Alfonso Bonilla Aragón para el transporte de cocaína
Por su parte, Aldana, de 43 años, se encargaba de la logística del tráfico de drogas. Desde Cali, supervisaba la recepción y transporte de cocaína hacia el Aeropuerto Internacional Alfonso Bonilla Aragón, desde donde se enviaba a la Isla de San Andrés. A través de una red de funcionarios corruptos y manipulaciones en los manifiestos de carga, los traficantes lograban despachar la droga hacia México y luego a Estados Unidos.
El modus operandi de la organización se caracterizaba por el uso de aviones comerciales para transportar las sustancias, camufladas en cajas de frutas. Con la colaboración de policías corruptos, la cocaína era descargada en San Andrés y luego transportada en barco hacia países como Nicaragua y Honduras, desde donde continuaba su trayecto hacia el norte.
La investigación culminó el 29 de julio de 2023, cuando la Policía Nacional de Colombia interceptó un cargamento de cocaína que había sido descargado de un avión en la isla de San Andrés. Este hallazgo permitió desmantelar parte de la red y llevar a González y Aldana ante la justicia estadounidense.
Con esta sentencia, ambos empresarios enfrentarán una condena de cadena perpetua en prisión federal por su implicación en uno de los casos más grandes de tráfico de cocaína que involucró a empresarios colombianos en los últimos años.
