Desde el lunes 27 de enero, el Gobierno Nacional habilitó el formulario de inscripción para el Servicio Social para la Paz, un programa que ofrecerá a varios jóvenes del país la posibilidad de participar en iniciativas sociales para la transformación local. Este proyecto, que nace de la Ley 2272 de 2022 o Paz Total, pondrá a disposición hasta 5.000 cupos, sujetos a la disponibilidad presupuestal del Gobierno.
El Servicio Social para la Paz está destinado a jóvenes entre 18 y 24 años, tanto hombres como mujeres, que estén exonerados del servicio militar obligatorio o que aún no hayan definido su situación militar. En esta fase inicial, los territorios prioritarios para inscribirse incluyen Bogotá, Cartagena, Cali, Quibdó, Buenaventura, Tumaco, Ocaña, Armero Guayabal y Puerto Tejada, entre otros.
El programa no solo tiene como propósito ofrecer trabajo, sino también contribuir al fortalecimiento de los perfiles profesionales de los jóvenes adultos, promoviendo su participación en procesos sociales en regiones históricamente afectadas por el conflicto.
Los beneficiarios recibirán un apoyo económico equivalente al 80% del valor percibido por un soldado durante su servicio militar, participando activamente en actividades que promuevan la paz y la reconciliación social. Esta experiencia será de 12 meses, con la posibilidad de extenderse en futuras ediciones.
Detalles del proceso
El formulario de inscripción estará abierto hasta el lunes 17 de febrero, donde las condiciones y modalidades del programa serán detalladas en una rueda de prensa el miércoles 29 de enero en el Teatro Delia Zapata Olivella, con la participación de diversas entidades gubernamentales. Entre ellas destacan el Ministerio de Igualdad y Equidad, el Departamento Nacional de Planeación (DNP), y la Unidad para las Víctimas.
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Según el congresista Iván Cepeda, el programa permitirá que los jóvenes sean protagonistas de la paz, al acompañar a víctimas del conflicto armado y madres que buscan a sus hijos desaparecidos. En un contexto marcado por la violencia en regiones como el Catatumbo, esta iniciativa se convierte en un hito social y político, dando a los jóvenes una opción distinta al servicio militar tradicional.