El presidente Gustavo Petro presentó oficialmente a su renovado gabinete ministerial y, en su primera directriz, encomendó a sus nuevos ministros la tarea de preparar una gran movilización social en el país. La instrucción, dada en el teatro Delia Zapata, llega en un momento de crisis política y busca reafirmar el respaldo popular a su Gobierno.
El evento, que marcó el inicio de una nueva etapa en su administración, estuvo cargado de simbolismo y mensajes dirigidos tanto a sus seguidores como a la oposición. “No podemos frenar, no podemos decir: sí, qué pena, no pudimos. No, señores, la calle es otra vez el escenario de la manera como sabemos hacerlo: pacífica, alegremente, pero contundente y multitudinariamente”, afirmó el mandatario.

Un gabinete con nuevos rostros y una primera orden clara
Tras la crisis ministerial desatada por un tenso consejo de ministros el pasado 4 de febrero, Petro reconfiguró su equipo de Gobierno. Entre los nuevos nombramientos destacan Armando Benedetti en el Ministerio del Interior, Laura Sarabia como canciller y Carlos Rosero en el Ministerio de la Igualdad. Con este equipo, el presidente busca recomponer su administración y afianzar su proyecto político de cara al 2026.
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Sin embargo, lo más llamativo del evento fue el llamado directo a la movilización social, dirigido no solo a sus ministros sino también a los movimientos sociales presentes. “Si arrancan los pueblos negros y los pueblos indígenas, arranquen, para mañana es tarde, tocó ya”, expresó Petro, dejando en claro la urgencia de su convocatoria.
Movilización como estrategia política
El llamado a la calle no es nuevo en la estrategia del presidente. Durante su campaña y en distintos momentos de su mandato, ha recurrido a la movilización popular como una herramienta para presionar reformas y reforzar su legitimidad. No obstante, este anuncio ha generado reacciones divididas, con críticos que ven en esta iniciativa un intento de confrontación y sectores afines que lo interpretan como una defensa de la voluntad popular expresada en las urnas.
En un país con una historia de protestas masivas en los últimos años, la convocatoria de Petro podría marcar un punto de inflexión en su Gobierno. La pregunta ahora es cuál será la respuesta de la ciudadanía y de los sectores políticos frente a esta nueva directriz presidencial.