La estabilidad financiera de Colombia enfrenta nuevos desafíos. La agencia calificadora Fitch Ratings decidió modificar la perspectiva de la economía del país, pasando de estable a negativa. La decisión responde a varios factores que aumentan la incertidumbre fiscal y económica, entre ellos, la carga de la deuda y el impacto de las reformas impulsadas por el Gobierno.
Un déficit mayor al esperado y una deuda en ascenso
El balance fiscal al cierre de 2024 dejó cifras preocupantes. El déficit del Gobierno Central alcanzó el 6,7% del PIB, superando por un amplio margen la previsión inicial de 5,6%. Según Fitch, esta desviación se debe a una menor recaudación de ingresos y a la imposibilidad de ejecutar recortes de gasto efectivos.
Pero los problemas no terminan ahí. La calificadora anticipa que la deuda pública seguirá creciendo en los próximos años, con una proyección del 62% del PIB para 2026. Además, estima que la relación entre intereses e ingresos podría ubicarse en 15,7% para 2025, lo que aumentará la presión sobre las finanzas del país.
Las reformas del Gobierno de Gustavo Petro también entran en la ecuación. Fitch advierte que el impacto de la reforma pensional implicará un gasto adicional de 0,3% del PIB anual, mientras que la modificación al Sistema General de Participaciones (SGP) generará un aumento en las transferencias estatales desde 2027, lo que podría restringir aún más el margen de maniobra del presupuesto nacional.
Uno de los puntos críticos es la dificultad para alcanzar las metas fiscales. Fitch recalca que la expectativa del Gobierno de obtener mayores ingresos tributarios en los próximos años es poco realista. Además, descarta que se implemente una nueva reforma tributaria en lo que resta del mandato de Petro, lo que deja en duda cómo se financiarán los compromisos adquiridos.
Inversión extranjera: un salvavidas en medio de la incertidumbre
A pesar del panorama desafiante, hay un factor que ha evitado un deterioro más severo: la inversión extranjera directa. Durante 2024, Colombia recibió cerca de 10.000 millones de dólares, equivalentes al 3,1% del PIB. Este flujo de capital ha permitido contener algunos de los efectos negativos del déficit de cuenta corriente, que se estima aumentará al 2,1% del PIB en 2025.
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El ajuste en la calificación de Fitch deja en claro que Colombia se enfrenta a un escenario de incertidumbre. La sostenibilidad fiscal dependerá de la capacidad del Gobierno para equilibrar sus políticas de gasto, impulsar el crecimiento económico y mantener la confianza de los mercados internacionales. En los próximos meses, las decisiones que tome la administración de Petro serán clave para definir el rumbo de la economía