Una peligrosa red de trata de personas fue desmantelada en Colombia tras la captura de Lix Verónica Novoa Montenegro, señalada como el principal enlace en el país de un grupo criminal que explotaba sexualmente a mujeres en México. Un juez determinó su reclusión en un centro penitenciario mientras avanza la investigación.
Las víctimas, en su mayoría jóvenes colombianas, eran contactadas a través de redes sociales por perfiles falsos que prometían empleos en lujosos hoteles de Cancún. Novoa Montenegro, bajo nombres ficticios como Valeria Montenegro o Nataly Montenegro, se hacía pasar por reclutadora y convencía a las mujeres de aceptar la propuesta.
Una vez accedían, la red criminal se encargaba de tramitar la documentación y costear los tiquetes aéreos. Al llegar a México, las víctimas eran recibidas por otras personas que las transportaban a Playa del Carmen, en Quintana Roo. Sin embargo, lo que parecía el inicio de una nueva oportunidad laboral se convertía en una pesadilla.
Al arribar a su destino, las mujeres eran despojadas de sus documentos y mantenidas bajo amenazas constantes. La red utilizaba la intimidación y la violencia para obligarlas a ejercer la prostitución en establecimientos nocturnos. Además, les imponían deudas ficticias, supuestamente para cubrir gastos de estadía y manutención, lo que las mantenía atrapadas en un ciclo de explotación del que no podían escapar.
Durante su cautiverio, las víctimas lograron identificar a Novoa Montenegro como una de las personas que supervisaba y controlaba su explotación. Según el testimonio de una de las afectadas, la mujer se encargaba de vigilar sus movimientos y asegurarse de que cumplieran con las “obligaciones” impuestas por la red criminal.
La fuga que destapó la red
Una de las jóvenes logró escapar y acudir a las autoridades en México, lo que permitió dar inicio a una investigación que involucró a ambos países. Posteriormente, la víctima regresó a Colombia, donde recibió amenazas directas de Novoa Montenegro a través de mensajes en WhatsApp. “¿Cree que va a escaparse y robarse toda esa plata? Eso no se hace”, decía uno de los mensajes enviados por la presunta tratante.
Con base en la denuncia de la joven y en las pruebas recopiladas por el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), la Fiscalía General de la Nación emitió una orden de captura contra Novoa Montenegro, quien fue detenida en Villavicencio gracias a un operativo conjunto entre la Policía y el Ejército Nacional.
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Tras su detención, la mujer fue presentada ante un juez penal de control de garantías, quien le imputó el delito de trata de personas. Aunque Novoa Montenegro negó los cargos, las pruebas en su contra llevaron a que se le impusiera medida de aseguramiento en prisión.