El departamento del Cauca ha vivido 72 horas de terror tras una serie de ataques perpetrados en al menos diez municipios. El saldo hasta el momento es de un soldado muerto, más de 80 heridos y daños materiales significativos en infraestructuras públicas y privadas. Las autoridades han atribuido la escalada de violencia a grupos disidentes, lo que ha generado gran preocupación en la población y llamado la atención sobre la urgencia de reforzar la seguridad en la región.
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Los hechos más graves se registraron en Piendamó, donde una explosión en una zona comercial dejó a más de 60 personas heridas, y en Suárez, donde un ataque con explosivos cerca de un hospital causó lesiones a siete personas, incluyendo a un menor de edad y un oficial de policía. En Cajibío, una comisaría fue blanco de un ataque con explosivos lanzados desde drones, resultando en dos agentes heridos.
Crisis de seguridad y alerta en el departamento por la intensidad de los ataques
En Patía, la violencia cobró la vida de un soldado profesional y dejó a otros dos heridos cuando una motocicleta cargada con explosivos detonó en el sector Piedra Sentada. La intensidad de los ataques ha generado una profunda crisis de seguridad y un estado de alerta permanente en la población.
Las víctimas han sido trasladadas a diferentes centros médicos, entre ellos el Hospital Universitario San José, donde se reporta que varios pacientes permanecen en estado grave debido a la gravedad de sus heridas. En respuesta a esta ola de violencia, el gobernador del Cauca ha instado al Gobierno Nacional a realizar una intervención inmediata con inversiones en seguridad y desarrollo social para mitigar la crisis en la región.
Ante estos hechos, las autoridades han reforzado la presencia militar y policial en las zonas afectadas, mientras se adelantan investigaciones para identificar y capturar a los responsables de estos atentados. La población del Cauca, entretanto, sigue exigiendo soluciones efectivas que pongan fin a la violencia que ha golpeado con fuerza a este territorio.
