En la localidad de Bosa, en el sur de Bogotá, Greiber Eduardo Berrío, un joven de 19 años, sufrió un brutal ataque por parte de una manada de nueve perros callejeros mientras regresaba a su hogar. Como resultado de las graves heridas, los médicos tuvieron que amputarle ambos brazos. Actualmente, se encuentra en estado crítico en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital de Kennedy.
El ataque ocurrió los últimos días de marzo en una zona donde los vecinos ya habían alertado sobre la peligrosidad de estos animales, pues según Guillermo Berrío, padre de la víctima, su hijo sufrió más de 150 mordeduras. “Le arrancaron sus dos orejitas. La única parte que no le mordieron fue su parte íntima y los pies”, declaró a Noticias Caracol.
Inicialmente, Greiber fue trasladado por la Policía al Hospital de Bosa. Días después, debido a la gravedad de sus lesiones, fue remitido al Hospital de Kennedy, donde los médicos decidieron amputarle los brazos para evitar una infección letal.
Además, el padre de la víctima denunció que este no es el primer ataque registrado en la zona. “Cerca a la casa ya había pasado un caso parecido, no de tanta magnitud, pero la gente llamó y no hicieron caso. Con mi hijo ya van cinco personas mordidas”, afirmó. Según su testimonio, los residentes han alertado en reiteradas ocasiones a las autoridades sobre el comportamiento agresivo de estos perros. Sin embargo, hasta el momento, no se han tomado medidas efectivas para controlar la situación.
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Falta de respuesta de las autoridades
Guillermo Berrío también expresó su frustración ante la falta de comunicación por parte de las entidades gubernamentales. “Nadie se ha comunicado conmigo ni para ofrecer apoyo ni para preguntar por el estado de salud de mi hijo”, declaró. Entre las instituciones que menciona están la Alcaldía de Bogotá, la Secretaría de Salud y la Secretaría de Protección Animal, quienes no han dado ninguna respuesta ante la gravedad de la situación.
El padre de Greiber hizo un llamado a las autoridades para que actúen de inmediato y retiren a los perros de las calles. Además, advirtió sobre el peligro que representan estos animales para la comunidad. “Hoy fue mi hijo, pero mañana podría ser un niño o cualquier otra persona”, señaló.
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Según algunas versiones, los perros podrían tener un dueño, aunque hasta el momento nadie ha asumido la responsabilidad. “Todo el mundo dice que los perros son de la calle, pero si aparece un dueño, nunca va a admitir que son suyos porque sabe el compromiso que eso implica”, agregó Guillermo. Mientras tanto, los perros continúan deambulando por la zona, generando temor entre los habitantes.
