La reforma laboral del Gobierno Petro sigue encontrando tropiezos en el Congreso, pero el Ejecutivo no piensa renunciar a ella. Ante lo que el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, califica como un “bloqueo legislativo”, el Gobierno ha decidido apostarle a la consulta popular como mecanismo de participación ciudadana para destrabar la discusión.
Sanguino asegura que esta no es una estrategia electoral, como afirman sus críticos, sino una herramienta legítima que contempla la Constitución para situaciones donde el Congreso se cierra al debate. Según él, en la Comisión Séptima del Senado ni siquiera se permitió discutir los artículos de la reforma, lo que impidió cualquier intento de concertación.
El primer paso será conseguir el aval del Senado. Se necesitan 54 votos, y según Sanguino, afirma que pueden tener unos 60 respaldos. Si logran este primer objetivo, vendrá el reto mayor: lograr que más de 13 millones de personas participen en las urnas para validar la propuesta. El Gobierno espera movilizar a unos 15 millones de votantes.
La reforma laboral no se abandona: vendrá con consulta o con decretos
Aunque la consulta popular se perfila como la vía principal, el Gobierno también avanza por otra ruta: la expedición de decretos. Son nueve en total, y actualmente están en revisión por parte del presidente Petro y su equipo jurídico. Estos decretos recogerían aspectos que pueden regularse sin necesidad de ley, como algunos derechos colectivos que fueron eliminados durante el trámite en la Cámara de Representantes.
No obstante, hay puntos neurálgicos, como la jornada laboral, los recargos nocturnos, los contratos de aprendizaje o la prohibición del contrato sindical, que no pueden definirse por decreto. Para eso, insiste el ministro, se necesita una ley. Pero ante la falta de voluntad política, esperan que sea el pueblo quien decida en las urnas si quiere esas transformaciones.
Sobre el contenido exacto de los decretos aún no hay detalles. Sanguino afirma que no puede adelantar nada hasta que el presidente los revise. Sin embargo, insiste en que están alineados con los principios de la reforma original y que buscan proteger derechos eliminados injustamente en el Congreso.
Pedagogía territorial: la estrategia para ganar en las urnas
Más allá del pulso legislativo, el Gobierno se prepara para la batalla en las urnas. Desde ya, se han desplegado equipos por todo el país para informar a la ciudadanía sobre el contenido de la reforma y explicar por qué es clave que sea aprobada. La estrategia, según Sanguino, será pedagógica, territorial y cercana a las comunidades.
El reto es mayúsculo: activar el músculo ciudadano que le dio la victoria a Petro en 2022 y superar el umbral de votos para cada pregunta. El ministro tiene confianza en los números. Si los 11 millones que votaron por Petro vuelven a las urnas, y si la mitad de quienes apoyaron a Rodolfo Hernández se suman, el umbral se superaría con holgura.
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La reforma laboral, al parecer, no se archivará sin dar pelea. Aunque el Congreso cerró sus puertas, el Gobierno ya tocó otra: la de la ciudadanía.
