La tendencia de transformar fotos en ilustraciones estilo Studio Ghibli o animé se ha tomado las redes sociales. Esta herramienta, impulsada por la inteligencia artificial de plataformas como ChatGPT, fascina a millones por su capacidad de crear imágenes artísticas con solo una fotografía. Sin embargo, detrás de esta tecnología creativa se esconden riesgos de privacidad que los usuarios no siempre perciben a simple vista.
Cada vez más personas comparten imágenes personales con sistemas de IA que las convierten en dibujos animados. Aunque el resultado suele parecer inofensivo e incluso encantador, esas fotos no solo se transforman: también se almacenan, se procesan y en muchos casos terminan en bases de datos utilizadas para entrenar a los mismos modelos.
OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, detalla en su política de privacidad que puede utilizar los contenidos que los usuarios suben —incluidas imágenes— para mejorar sus servicios. Esto implica que cada foto compartida se convierte en materia prima para el aprendizaje automático, incluso si el usuario no lo tiene del todo claro.
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Metadatos y filtraciones, un riesgo de privacidad con la IA
Muchas imágenes digitales contienen metadatos invisibles, como la ubicación exacta donde se tomó la foto, la hora, la fecha y el modelo del dispositivo utilizado. Estos datos, aunque no aparecen en la imagen final, permanecen incrustados en el archivo. Si una brecha de seguridad expone esa información, los usuarios podrían enfrentar situaciones como suplantación de identidad o acoso digital.
Además, aunque las empresas aseguren proteger la información, ningún sistema está completamente a salvo. Las filtraciones masivas ocurren con frecuencia en el entorno tecnológico, y la IA no es la excepción.
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¿Qué pueden hacer con tus fotos?
Al aceptar los términos de uso de estas herramientas, los usuarios muchas veces entregan derechos sobre sus imágenes sin darse cuenta. La empresa puede utilizar esas fotos para entrenar sus modelos, desarrollar nuevas funciones e incluso, en algunos casos, aplicarlas en productos comerciales. Todo esto puede suceder sin notificación ni consentimiento explícito.
Esto se agrava si las imágenes incluyen a menores de edad. Subir fotos de niños o adolescentes sin considerar las implicaciones podría exponer información delicada que terceros podrían utilizar de forma maliciosa.
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Cómo proteger tus imágenes al usar IA
Disfrutar de estas funciones sin comprometer tu privacidad es posible, siempre y cuando tomes precauciones. Evita subir imágenes que contengan información sensible o que identifiquen tu ubicación. Antes de compartir una foto, elimina los metadatos utilizando herramientas de edición digital.
También es recomendable limitar la cantidad de imágenes que subes y no utilizar servicios gratuitos si desconoces cómo gestionan tus datos. Recuerda que cuando un servicio es gratuito, muchas veces el “producto” eres tú.
