El nombre de Sara Millerey González Borja se suma tristemente a la lista de víctimas de violencia por prejuicio en Colombia. El pasado 6 de abril, esta mujer trans de 32 años fue atacada con brutalidad en Bello, Antioquia, y arrojada a una quebrada mientras personas observaban y grababan sin intervenir. El caso, que ha generado repudio nacional, ha puesto en evidencia una vez más la urgencia de frenar los crímenes de odio contra la población LGBTQ+.
La agresión ocurrió a plena luz del día. De acuerdo con las autoridades, un grupo de personas golpeó a Sara hasta causarle fracturas en sus extremidades y luego la arrojó a la quebrada La García. “Algunas versiones indican que los agresores no permitieron que fuera rescatada”, declaró José Rolando Serrano, secretario de Seguridad de Bello, lo que hace aún más crudo el relato.
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Un video difundido en redes sociales y que ha sido catalogado como revictimizante captó los últimos momentos de Sara con vida. Las voces que se escuchan en la grabación sugieren que quienes presenciaron el hecho no solo no auxiliaron a la víctima, sino que disuadieron a otros de intervenir. “Aquí no se paren, vea lo que pasa”, dice una de las voces. La frialdad de las frases grabadas ha conmocionado a una opinión pública ya estremecida por la crueldad del asesinato.
En medio del dolor, su madre, Sandra González, habló tras el sepelio y no dudó en señalar que a su hija la mataron por ser trans. “La asesinaron vilmente por ser como era. Ella era feliz, extrovertida, no le hacía daño a nadie. Me la quitaron y me dejaron destrozada”, dijo entre lágrimas en una entrevista con Caracol Radio. Sus palabras, cargadas de dolor, resonaron con fuerza en redes sociales y colectivos sociales.
Justicia para Sara Millerey
La Alcaldía de Bello y la Gobernación de Antioquia anunciaron una recompensa de $100 millones por información que conduzca a la captura de los responsables. La alcaldesa de Bello, Lorena González, calificó el hecho como un “crimen atroz” y aseguró que ya fue puesto en conocimiento de la Fiscalía.
Por su parte, el Ministerio de Igualdad exigió que el caso sea abordado con un enfoque diferencial, al tratarse de un posible crimen de odio. Solicitó la activación de la Mesa de Casos Urgentes y reiteró que el Estado debe garantizar la protección de las personas trans, una población históricamente expuesta a múltiples formas de violencia.
“El asesinato de Sara no puede quedar impune. Es hora de actuar con contundencia para erradicar estos crímenes que nos avergüenzan como sociedad”, concluye el comunicado oficial de la entidad, que también pidió respeto por la dignidad de las víctimas y sus familias.
Sara Millerey González vivía con autenticidad. Hoy su historia sacude las conciencias y deja en evidencia la deuda del país con la población trans. La justicia no puede tardar.