Un hecho que ha conmocionado a la comunidad de Apartadó, en Antioquia, ocurrió durante la Semana Santa. Un adolescente de 16 años habría asesinado a otro menor en medio de una riña. Lo más impactante fue que su propia madre lo entregó a las autoridades.
Las autoridades identificaron a la víctima como Santiago Gaspar Ramírez, de 17 años. Varios jóvenes lo atacaron con arma blanca en repetidas ocasiones dentro de una discoteca ubicada en el barrio Ortiz. Ante la situación, los testigos relataron que una presunta pandilla juvenil rodeó a Santiago antes del ataque. El ataque fue brutal y repentino, pero aunque algunos presentes intentaron auxiliarlo y lo trasladaron en motocicleta a un centro asistencial, el menor falleció poco después, puesto que las heridas que recibió fueron letales.
Tras las primeras investigaciones, la Policía de Urabá interceptó al grupo involucrado en el ataque del menor asesinado. Sin embargo, fue gracias a los testimonios y la verificación de antecedentes que se determinó al presunto autor material del crimen. Se trata de Cristian Valencia, de 16 años, quien pertenecería a una pandilla activa en la zona. El giro inesperado vino cuando su madre, al conocer la verdad, decidió entregarlo voluntariamente a las autoridades. El coronel encargado del caso aseguró que este gesto, aunque doloroso, fue determinante para avanzar en el proceso judicial. “La madre tomó una decisión valiente. Estas acciones también son un llamado a la conciencia social”, dijo el oficial.
Alerta por crecimiento de pandillas
Este caso no es aislado, debido a que durante la Semana Santa, la Policía de Urabá impuso 19 comparendos relacionados con riñas, muchas de ellas protagonizadas por menores de edad. Las autoridades expresaron su preocupación por el crecimiento del fenómeno de pandillas juveniles en la subregión.
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Además, la violencia entre adolescentes, alimentada por disputas territoriales y conflictos personales, ha generado un ambiente de tensión en municipios como Apartadó. Las autoridades anunciaron nuevas estrategias de prevención y patrullaje, así como campañas en instituciones educativas para contener este fenómeno.
La muerte de Santiago ha dejado una profunda herida en su familia y en el barrio Ortiz. Vecinos exigen mayor presencia estatal y programas sociales que alejen a los jóvenes del crimen. Mientras tanto, Cristian enfrentará un proceso judicial en el sistema penal para adolescentes.