La polémica sobre los hábitos personales del presidente Gustavo Petro sumó un nuevo capítulo cuando el mandatario reveló detalles de su estado de salud para refutar los señalamientos que lo acusan de abuso de sustancias. “No puedo emborracharme, desgraciadamente”, indicó; recordando con nostalgia el aguardiente “Tapa Roja” del Tolima que consumía en su juventud, pero insistiendo en que hoy cualquier trago le provoca dolores insoportables.
Petro relató que años atrás se sometió a exámenes médicos luego de padecer molestias abdominales señaladas, incluso, durante una terapia asistida con caballos. En un primer momento, médicos cubanos le advirtieron de un posible cáncer; sin embargo, especialistas de la Clínica Santa Fe descartaron el tumor y diagnosticaron gastritis severa, condición que derivó en una intervención quirúrgica. Desde entonces, explicó, el alcohol agrava la irritación gástrica y se convirtió en bebida prohibida.
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Las aclaraciones surgen mientras la opinión pública debate la carta divulgada el 23 de abril por el excanciller Álvaro Leyva, quien insinuó que el presidente padece “problemas de drogadicción”. A la controversia se sumaron videos muchos de ellos manipulados que pretendían mostrar al mandatario bajo efectos del alcohol. Petro calificó esas grabaciones de “falsas” y sostuvo que su limitación médica desmiente cualquier exceso: “No es porque no quiera; es que no puedo”, insistió.
La oposición exigen exámenes toxicológico a Petro
Los líderes de la oposición han exigido exámenes toxicológicos y un parte médico oficial. Mientras tanto, aliados del jefe de Estado denuncian una campaña de desprestigio. Analistas señalan que la discusión sobre la vida privada del mandatario se ha intensificado tras las revelaciones de Leyva, alimentando la polarización.
Petro afirmó que continuará atendiendo recomendaciones médicas y evitará el licor para evitar recaídas gástricas. Con la salud sobre la mesa, el Gobierno busca retomar la agenda legislativa, pero la polémica aún no se apaga: los críticos esperan pruebas formales que sustenten o desmonten las acusaciones. Por otro lado los simpatizantes, en cambio, dan por zanjado un asunto que consideran “chismes de redes”. Entretanto, el aguardiente “Tapa Roja” quedará como un recuerdo que el presidente solo podrá saborear en la memoria.
