En pijama, con chaleco antibalas y un arma en mano, dos patrulleras de la Policía Nacional se enfrentaron a un ataque del Clan del Golfo. La escena ocurrió en la estación de Policía de Remedios, Antioquia, donde Valentina Meza Carranza y Yesica Paola Guidao Roldán demostraron que el coraje va más allá del uniforme. El pasado 30 de abril, las autoridades les otorgaron la medalla Atanasio Girardot en reconocimiento a su heroísmo.
Todo ocurrió el 25 de abril, a plena luz del día. A las 10:15 a. m., dos hombres vestidos de negro se acercaron a la estación. Uno arrojó una granada de fragmentación y Tres policías resultaron heridos. Sin pensarlo, Guidao y Meza, las dos patrulleras quienes se encontraban fuera de servicio en pijama, salieron a enfrentar el ataque. Con chanclas, pijamas y una determinación a prueba de explosivos, repelieron la agresión y ayudaron a evacuar a sus compañeros heridos.
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El ataque, atribuido al plan pistola del Clan del Golfo, fue parte de una ola violenta tras la muerte de alias Chirimoya. Ya son 28 los uniformados asesinados bajo esta estrategia criminal. Sin embargo, acciones como las de estas patrulleras renuevan la esperanza en medio de la adversidad.
Reconocimiento institucional
En la sede de la Gobernación de Antioquia se realizó un acto solemne. Además de Meza y Guidao, varios uniformados del Ejército y la Policía fueron condecorados. Entre ellos, soldados, sargentos y patrulleros que han arriesgado sus vidas en la lucha contra el crimen organizado. También se rindió homenaje a los caídos, como los patrulleros Rubén Darío Velásquez y Lenin Rafael Suárez, entre otros.
El gobernador Andrés Julián Rendón y el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, presidieron el evento. Ambos reiteraron su respaldo a las fuerzas armadas. “Ante el abandono del Gobierno nacional, en Antioquia arropamos a nuestros soldados y policías”, expresó Rendón.
Yesica Paola Guidao Roldán, de la comunidad indígena wayuu, es símbolo de entrega. Con apenas dos meses en la institución, recorrió 800 kilómetros desde La Guajira para cumplir su vocación. “No sentimos miedo, sabíamos que teníamos que actuar”, dijo la joven durante el acto de condecoración. Su historia refleja el compromiso profundo de quienes deciden proteger, incluso a costa de su vida.
