Miles de fieles se congregaron en la Plaza de San Pedro, en Roma, el pasado 21 de abril, día en que se confirmó la muerte del Papa Francisco. Entre cánticos, oraciones y banderas ondeando al viento, un grupo de creyentes latinoamericanos pidió una bendición al cardenal Pietro Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano. Parolin, considerado por muchos como el favorito para asumir el trono de San Pedro, no dudó en responder al clamor.
“Buenos días a los colombianos y a los argentinos. Estoy muy contento de poder enviar a través de este medio una bendición y la aseguración de mis oraciones por sus necesidades materiales y espirituales. Que Dios les bendiga a todos”, declaró, en un mensaje grabado que fue compartido por medios religiosos presentes en el Vaticano.
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Este gesto ha sido interpretado como una señal de cercanía y compromiso con los pueblos del sur del continente. En especial con Colombia, que atraviesa una etapa de profundos dilemas económicos, sociales y espirituales. Antes de su actual cargo, Parolin fue Nuncio Apostólico en Venezuela entre 2009 y 2013. Ese período estrechó su vínculo con la región. Varios religiosos y laicos que lo conocieron en ese entonces destacan su calidez humana, sensibilidad pastoral y comprensión del sufrimiento social. Además, estas cualidades, afirman, fueron determinantes para que el Papa Francisco lo eligiera como su mano derecha en asuntos diplomáticos globales.
¿El próximo Papa?
Desde 2013, el cardenal Parolin ha sido el rostro internacional del Vaticano, también ha estado al frente de misiones de paz en zonas de conflicto como Ucrania, el Líbano y Medio Oriente. En julio de 2024, viajó a Ucrania para reunirse con el presidente Zelenski, abogando por una solución sin condiciones previas. Además, participó activamente en diálogos humanitarios durante la escalada de violencia entre Israel y Hezbolá. Ha mantenido una postura firme sobre el papel del agresor en los conflictos: primero el alto el fuego, luego la negociación.
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Analistas vaticanos consideran que su experiencia, su enfoque pacificador y su cercanía con América Latina lo posicionan como un candidato natural. No solo es un diplomático hábil, sino también un pastor con sensibilidad por las periferias, siguiendo el legado de Francisco. Mientras la Iglesia se prepara para el cónclave, las palabras de Parolin a Colombia resuenan como un presagio de lo que podría ser su pontificado.
