Colombia enfrenta un panorama desafiante en materia de empleo y educación juvenil. Según el más reciente informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), 2.680.000 jóvenes entre los 15 y 28 años no estudian ni trabajan actualmente en el país. Este grupo, conocido como “ninis”, representa el 24,2% de la población en edad de trabajar dentro de ese rango etario. El informe, correspondiente al primer trimestre de 2025, confirma una ligera mejora en algunas métricas del mercado laboral juvenil. Sin embargo, la cifra de jóvenes inactivos sigue siendo alarmante.
La brecha entre hombres y mujeres es uno de los hallazgos más preocupantes. El 16,3% de las mujeres jóvenes están fuera del sistema educativo y del mercado laboral. En contraste, solo el 8% de los hombres se encuentra en la misma situación. Esta diferencia evidencia barreras estructurales que afectan principalmente a las mujeres.
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La tasa de ocupación juvenil aumentó al 45,9%, lo que representa una mejora de dos puntos porcentuales frente al mismo periodo del año anterior (43,9%). Además, la tasa de desocupación bajó al 17,1%, una caída de 2,9 puntos porcentuales en comparación con el 2024, cuando se ubicaba en 20 %. La participación global de jóvenes en el mercado laboral también mejoró, alcanzando el 55,4%, un leve incremento frente al 54,9% del año anterior.
Principales sectores que emplean a jóvenes
El comercio y la reparación de vehículos es la principal actividad económica de los jóvenes ocupados, con el 19,5 % de participación. Le siguen agricultura y pesca (15,9%), industrias manufactureras (11,2%), y servicios de comida y alojamiento (9,4%). También tienen presencia significativa sectores como la educación y la salud (8,9%), actividades artísticas y de entretenimiento (7,9%), y transporte y almacenamiento (6,8%).
Entre los ocupados, la mayoría son obreros o trabajadores particulares, con un 56,3% del total. Les siguen los trabajadores por cuenta propia (32,5%), jornaleros o peones (4%), y empleados familiares sin remuneración (3,7%). Otras categorías menos frecuentes incluyen empleados domésticos (1,6%), empleados del gobierno (1,2%), patrones o empleadores (0,7%), y otras ocupaciones (0,1%).
A pesar de las leves mejorías, el alto número de jóvenes fuera del sistema productivo sigue siendo una señal de alarma. Las políticas públicas deben enfocarse en reducir la brecha de género, mejorar el acceso a la educación y generar oportunidades reales de empleo. Sin un enfoque integral, millones de jóvenes seguirán excluidos del desarrollo económico del país.
