En un hecho que ha generado revuelo en el escenario político colombiano, el senador Humberto de la Calle arremetió públicamente contra David Racero, congresista del Pacto Histórico, por recientes denuncias de abuso laboral presentadas por exempleados. El pronunciamiento, emitido este 25 de mayo a través de su cuenta de X (antes Twitter), dejó ver la profunda decepción del legislador frente al comportamiento del ex presidente de la Cámara.
Humberto de la Calle, conocido por su lenguaje moderado y trayectoria como jefe negociador de paz, sorprendió por el tono enérgico de su mensaje. “¡Qué vaina Racero ome! Pedí perdón. Te tenía en buen concepto. Pero tanto o más grave que tu comportamiento, es que aparecen copartidarios que te defienden. La tapa de las tapas”, escribió.
La contundencia del pronunciamiento ha sido interpretada como una señal de alerta. También como una exigencia directa para que Racero asuma su responsabilidad política y moral ante los señalamientos. Las palabras del senador resonaron ampliamente en redes sociales, generando reacciones tanto de apoyo como de rechazo.
Polémica en el Congreso
Las denuncias contra David Racero, presentadas por antiguos colaboradores, hablan de tratos degradantes y jornadas extenuantes. Según los testimonios que han comenzado a circular en medios y plataformas digitales, el ambiente laboral en su unidad legislativa sería “tóxico” y marcado por presiones constantes.
Hasta ahora, Racero no ha ofrecido una explicación detallada ni ha respondido con claridad a los señalamientos. En breves comentarios, ha sugerido que podría tratarse de una campaña de desprestigio. No obstante, el silencio prolongado y el respaldo que ha recibido por parte de algunos miembros del Pacto Histórico han profundizado la controversia.
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La reacción de De la Calle no es aislada, puesto que otras voces del Congreso y de la opinión pública han solicitado una investigación transparente e imparcial. Diversos sectores consideran inaceptable que, ante denuncias tan delicadas, prime la defensa partidista sobre el respeto a los derechos laborales.
Este episodio revive el debate sobre la ética en el ejercicio del poder y la necesidad de proteger a quienes trabajan en el ámbito legislativo. La presión crece sobre Racero, quien enfrenta no solo cuestionamientos legales, sino una pérdida visible de apoyo dentro y fuera de su bancada.