En medio de la tensión política que rodea la discusión de la reforma laboral, el presidente Gustavo Petro se pronunció con severidad sobre el respeto a los derechos laborales, deslindándose de cualquier figura política que, a su juicio, contradiga los principios fundamentales del progresismo. Sin nombrarlo directamente, sus palabras apuntan al representante a la Cámara David Racero, quien enfrenta críticas tras la publicación de unos audios donde aparentemente ofrecía un empleo bajo condiciones laborales irregulares.
“En un partido de izquierda no se ordena el asesinato de trabajadores, no se hacen masacres de trabajadores, no se vilipendia el mundo del trabajo, ni se usa la prensa para destruir la organización de la gente que trabaja”, escribió el presidente en su cuenta de X. Añadió que quienes no se ajusten a esos principios deberían ser evaluados por los comités disciplinarios del movimiento. “No debe estar con nosotros”, sentenció.
Racero reaccionó diciendo que es un ataque
El mensaje llega un día después de que el periodista Daniel Coronell revelara una grabación de 2021 en la que se escucha a Racero explicando las condiciones para una empleada de un negocio familiar: una jornada de hasta 78 horas semanales, sin prestaciones sociales y con un salario de un millón de pesos. Las declaraciones causaron revuelo no solo por lo que implican legalmente, sino por su contraste con la agenda laboral que el propio congresista ha defendido desde la Cámara.
Aunque Racero reaccionó afirmando que se trata de un ataque para desacreditarlo justo cuando se debate la reforma, el impacto político ha sido inevitable. El congresista, quien en 2022 tuvo un papel protagónico al tomarle el juramento presidencial a Petro, ha sido una de las voces más visibles del Pacto Histórico. Hoy, sin embargo, el respaldo del mandatario parece haberse evaporado.
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El episodio coincide con la presentación de una ponencia alternativa a la reforma laboral en el Senado, impulsada por la senadora Aída Avella, ante las críticas del Ejecutivo a la versión aprobada en Comisión Séptima. El presidente ha calificado esa ponencia como “antirreforma” y “regresiva”, especialmente porque mantiene figuras como la contratación sin garantías plenas para los aprendices del SENA y modifica puntos clave como el horario del recargo nocturno.
En ese contexto, el pronunciamiento de Petro no solo busca marcar una línea ética en su movimiento, sino también blindar la discusión laboral de controversias que puedan desacreditar su legitimidad. El mensaje fue claro: en el progresismo no hay espacio para prácticas que perpetúen la explotación.
