Durante el consejo de ministros transmitido en la noche del martes, el presidente Gustavo Petro sorprendió al anunciar que pidió a la canciller Laura Sarabia eliminar todos los requisitos para el nombramiento de embajadores. Según el mandatario, las condiciones actuales obstaculizan su función como jefe de las relaciones exteriores del país. Petro argumentó que estas exigencias limitan su autoridad constitucional y denunció que están despojando al presidente de su facultad para manejar la diplomacia.
El presidente utilizó como ejemplo la anulación del nombramiento de Armando Benedetti ante la FAO, al considerar injusto que lo retiraran por no dominar idiomas adicionales al español, cuando precisamente ese idioma también es oficial en la organización. Petro insistió en que no se trata de defender a Benedetti, sino de garantizar su autonomía en decisiones de política exterior. “Están usurpando la norma constitucional”, dijo enfático.
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Críticas desde el Congreso y la comunidad diplomática
Varios congresistas reaccionaron de inmediato, recordándole al presidente que en campaña prometió fortalecer la carrera diplomática y privilegiar los nombramientos basados en méritos. La representante Carolina Giraldo, de Alianza Verde, criticó duramente la propuesta y la calificó como una “cachetada” al servicio exterior. En su opinión, eliminar los requisitos no democratiza la diplomacia, sino que la convierte en un espacio para pagar favores políticos.
A esta postura se sumaron otras voces del Congreso y del sector académico, que advirtieron sobre el peligro de debilitar la profesionalización del cuerpo diplomático. La politóloga Sandra Borda rechazó los señalamientos del presidente al sindicato de la Cancillería, al que calificó de “élite blanca”. Borda afirmó que el problema no radica en el color de piel, sino en la preparación de los funcionarios. “Esto no es un asunto de raza, sino de idoneidad técnica”, expresó.
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Un debate que enfrenta promesas con realidades
Las críticas también tocaron la coherencia del mandatario. La representante Catherine Juvinao compartió en redes sociales dos pronunciamientos contradictorios del presidente: uno reciente donde pide cambiar las reglas, y otro antiguo donde afirma que el gobierno debe priorizar la llegada de personas con altos niveles de formación, como doctorados. La incongruencia ha aumentado el escepticismo sobre la verdadera intención de la propuesta.
Petro también mencionó que Guillermo Reyes, embajador en Suecia, podría verse afectado por una decisión judicial similar a la de Benedetti, lo que refuerza su presión para modificar las normas. Mientras tanto, los sindicatos de la Cancillería han demandado varios nombramientos del actual gobierno, denunciando una falta de compromiso con la carrera diplomática. El debate sigue abierto y enfrenta dos visiones opuestas sobre el futuro del servicio exterior colombiano.
