El presidente Gustavo Petro y más de 70 líderes políticos firmaron un pacto para garantizar unas elecciones pacíficas y libres de violencias el próximo año. El acto fue liderado por la Defensoría del Pueblo, en cabeza de Iris Marín, y contó con el respaldo de ONU Derechos Humanos, la Mapp OEA y la Misión de Verificación de la ONU en Colombia. Se da días después del atentado contra el senador y precandidato presidencial, Miguel Uribe Turbay.
“Este acuerdo establece nueve compromisos fundamentales para defender la vida, erradicar la violencia de la política, respetar las diferencias, garantizar la información veraz y fomentar el diálogo democrático, con énfasis en la protección de mujeres, juventudes y personas con ideas diversas” dijo la defensora Iris Marín.
El pacto incluye nueve compromisos para que las elecciones sean pacíficas. Entre ellos está defender la vida ante todo, adoptar una política de no violencia, promover un lenguaje no estigmatizante, acoger el diálogo como compromiso democrático y apoyar las protestas pacíficas.
El pacto es clave en medio de un contexto de violencia política
El atentado contra Uribe Turbay el pasado 7 de junio encendió las alarmas sobre la violencia política en el país. El senador y precandidato del Centro Democrático recibió varios disparos. Uno de ellos, entre su cuello y cabeza, que comprometieron su salud. Actualmente, está en cuidados intensivos en la Clínica Santa Fe, en una condición grave y bajo pronóstico reservado.
Días después de su atentado, asesinaron a Juan Camilo Espinosa, concejal de San Andrés de Cuerquía (Antioquia). Según El Espectador, con base en datos de Pares, hasta antes de ese asesinato se habían registrado 57 casos de violencia política en el país este año. Esos, entre asesinatos, atentados y amenazas contra aquellos que ejercen la política.
Sectores de la oposición, así como aliados al presidente Gustavo Petro, han pedido desescalar el lenguaje violento, así como la polarización del país. Además, todo ocurre en medio del recrudecimiento de la violencia. El pasado 10 de junio, una ola de más de 20 atentados sacudió al suroccidente. Cali, Jamundí, Palmira, Buenaventura y varios municipios del Cauca fueron epicentro de los ataques.
