Desde este martes 15 de julio de 2025, Colombia da un paso decisivo en la transformación del trabajo. Entra en vigor una nueva fase de la Ley 2101 de 2021, que reduce la jornada laboral semanal de 46 a 44 horas. Esta medida gradual busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores sin afectar sus salarios ni derechos laborales, marcando un avance significativo en la legislación laboral nacional.
La Ley 2101 fue diseñada para implementarse en etapas, con un cronograma que finalizará en julio de 2026, cuando la jornada legal se establecerá en 42 horas semanales. Hasta entonces, las 44 horas actuales pueden distribuirse en cinco o seis días, garantizando al menos un día de descanso semanal. La norma prohíbe dividir la jornada en dos turnos diarios, excepto para cargos de dirección o confianza.
Para los trabajadores adolescentes de 15 a 17 años, la ley mantiene límites específicos, como que podrán laborar entre 30 y 40 horas semanales, exclusivamente en turnos diurnos, en línea con el Código de Infancia y Adolescencia.
Impacto empresarial y riesgos potenciales
Pedro Julián Barrera Bolívar, decano de Ciencias Económicas de la Universidad de Santander, advierte que esta reducción implica retos para las empresas. Sectores como comercio, hotelería, manufactura y transporte deberán ajustar sus costos operativos y estructuras laborales para no perder rentabilidad.
“Podría ser necesario contratar más personal o recurrir con mayor frecuencia a horas extra”, explicó Barrera. Además, sin políticas de apoyo como incentivos fiscales, existe el riesgo de que algunas compañías opten por la informalidad para evadir la normativa.
Desde el ámbito de la salud mental, la reducción de horas laborales tiene efectos positivos evidentes. Sandra Patricia Hernández, psicóloga y docente del Politécnico Grancolombiano, señala que cargas excesivas provocan estrés, insomnio y ansiedad, afectando la seguridad laboral. “Disminuir el tiempo de trabajo facilita un mejor equilibrio entre vida personal y profesional, lo que mejora la retención del talento y la productividad”, afirmó Hernández.
Países como Alemania, Suecia y Reino Unido han adoptado esquemas similares, reportando hasta un 44% más en retención de personal, 66% menos días de incapacidad y un aumento notable en innovación. La ley colombiana garantiza que la reducción no impacta el salario mensual ni los recargos por domingos y festivos, que seguirán al 100%. Además, los derechos como cesantías, primas, licencias y seguridad social permanecen intactos.
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Con la entrada en vigencia de esta nueva fase, Colombia consolida uno de los cambios laborales más ambiciosos de la última década. La gradual reducción de la jornada promete un futuro con más bienestar para los trabajadores y nuevos retos para las empresas.