La instalación del nuevo periodo legislativo en el Congreso de la República, el pasado domingo 20 de julio, no solo marcó el inicio formal de sesiones, además fue el detonante de una nueva confrontación política de alto voltaje. Puesto que durante la jornada, el presidente Gustavo Petro ofreció un discurso enfocado en los avances de su Gobierno. La oposición respondió con fuertes críticas, entre ellas las de la representante Lina Garrido, de Cambio Radical. Sus palabras, celebradas por distintos sectores, provocaron una inmediata reacción del ministro del Interior, Armando Benedetti, quien calificó de poco sólidas las intervenciones opositoras.
A través de su cuenta en la red social X, Benedetti cuestionó duramente a los opositores: “Este es un país de cafres, dijo Echandía. Magistral discurso de Petro y no hubo nadie de la oposición que haya revertido con estadísticas lo que él dijo. Pero los medios sí recogen lo que una persona vulgar, ordinaria, grosera, sin preparación, sin argumentos y sin cifras dijo”. También, el ministro destacó lo que considera logros del Ejecutivo en áreas como economía, turismo, agricultura y reivindicación laboral. Según su mensaje, el respaldo ciudadano sigue firme, incluso en encuestas consideradas adversas.
La congresista Lina Garrido, una de las voces más duras contra el oficialismo durante la instalación del Congreso, no tardó en contestar. Desde su cuenta en X escribió: “Respete a Colombia; aquí el único ‘cafre’ es usted, drogadicto y agresor de mujeres. Y ni se le ocurra amenazarme con cuchillo como lo hizo con su esposa en España: le iría mal; yo sí me le paro duro”. La contundente respuesta generó reacciones inmediatas, tanto de rechazo como de respaldo, dependiendo del sector político.
La denuncia penal: Benedetti contraataca
Horas después, el ministro del Interior anunció acciones legales. “Lina María Garrido por su mala fe, imprecisiones y mentiras en medios de comunicación y en redes sociales, la he denunciado penalmente por injuria y calumnia”, escribió Benedetti. El funcionario argumentó que las declaraciones de la congresista vulneran su honra, y reiteró que no ha cometido los hechos que se le atribuyen. “Yo no he hecho nada de lo que me acusan, pero por estar en la vida pública me toca aguantar una cantidad de vainas”, expresó. A su vez, criticó la falta de rigor de quienes, según él, propagan falsedades: “Eso solo me revela la degradación y putrefacción de la persona que lo hace”.
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Mientras figuras del oficialismo defendieron al ministro y calificaron de “irresponsables” los señalamientos de Garrido, sectores de la oposición elogiaron su postura. Para muchos, lo ocurrido evidencia la profunda polarización que atraviesa al Congreso y al país. Lo que comenzó como una jornada protocolaria ha escalado a una disputa que promete seguir generando repercusiones en la arena política y judicial.
