Durante la lectura del fallo en el proceso judicial que enfrenta el expresidente Álvaro Uribe Vélez, se vivió un momento incómodo en la sala de audiencias. La jueza Sandra Heredia interrumpió brevemente la diligencia para hacer un llamado de atención a la senadora María Fernanda Cabal, del partido Centro Democrático, quien no mantenía el silencio requerido. La escena no pasó desapercibida, pues el ambiente ya estaba cargado de expectativa y tensión por el veredicto que se avecinaba.
Con tono firme, la jueza Heredia expresó: “Esta es una audiencia muy solemne y precisamente quienes vienen es porque van a prestar atención”. La intervención buscó restablecer el orden y recordar a los presentes el carácter serio del acto judicial. La jueza dejó claro que no toleraría comportamientos que alteraran el desarrollo del fallo.
Le puede interesar: Ocho homicidios estremecen a Cali en menos de 24 horas
Una audiencia de alto perfil
La presencia de María Fernanda Cabal en la sala obedecía a su cercanía con Uribe y su rol como figura visible del uribismo en el Congreso. Sin embargo, su comportamiento generó incomodidad entre algunos asistentes, al punto que la jueza tuvo que hacer una pausa en su lectura para intervenir. Este hecho dejó en evidencia la alta sensibilidad que rodea el juicio contra el exmandatario, cuyas audiencias han sido seguidas con detalle por medios, ciudadanos y líderes políticos.
El proceso judicial contra Álvaro Uribe se ha convertido en un símbolo de la división ideológica que vive Colombia. En este contexto, cada gesto, palabra o actitud cobra un peso especial. El llamado de atención de la jueza Heredia se sumó a una jornada cargada de simbolismo, en la que se esperaba una decisión clave sobre el futuro legal del expresidente, investigado por presunto soborno a testigos y fraude procesal.
Lea también: Francia Márquez condena violencia en el norte del Cauca
Respeto por la justicia y el debido proceso
El incidente con la senadora Cabal volvió a poner sobre la mesa la necesidad de respetar los procedimientos judiciales y la solemnidad que estos exigen. Si bien la presencia de figuras políticas es legítima en audiencias públicas, su comportamiento debe ajustarse a las normas del recinto y al respeto por los funcionarios judiciales. La jueza Heredia no solo recordó esto, sino que reafirmó su autoridad en medio de un proceso observado por todo el país.
La audiencia prosiguió luego del llamado al orden, pero el episodio dejó huella. No solo por lo anecdótico, sino porque evidenció la dificultad que enfrenta la justicia colombiana para mantener su independencia en medio de presiones externas. La intervención de Heredia fue interpretada por varios analistas como un gesto de firmeza institucional en tiempos donde las decisiones judiciales son objeto de escrutinio constante.