La mañana del sábado 26 de julio se tiñó de tragedia en Manizales. En el quinto piso de la torre 26 de un conjunto residencial de interés social en el barrio San Sebastián, una niña de apenas dos años fue víctima de un ataque con arma blanca que, según las autoridades, habría sido perpetrado por su propia madre, Silvana Torres, de 22 años.
Vecinos del sector relataron que encontraron a la pequeña gravemente herida y la trasladaron de urgencia al SES Hospital de Caldas. El informe médico revelado por El Tiempo confirmó que la menor ingresó en paro cardiorrespiratorio, con una profunda herida en el cuello. A pesar de los esfuerzos del personal de salud, falleció minutos después por un shock hipovolémico.
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La madre fue capturada en flagrancia por la Policía Metropolitana de Manizales luego de intentar quitarse la vida con el mismo cuchillo. Aunque sus heridas no revisten gravedad, permanece bajo custodia médica mientras avanza el proceso judicial.
Audiencia de imputación de cargos para la madre de la menor
La Fiscalía General de la Nación informó que el caso será asumido por la Unidad Especial de Investigación de Delitos contra Niños, Niñas y Adolescentes, y que en las próximas horas se solicitará audiencia de imputación de cargos contra Torres por homicidio.
El hecho ha generado una ola de repudio entre los habitantes de la ciudad. Una vecina, quien presenció el momento en que la menor fue auxiliada, aseguró: “Es la primera vez que pasa algo así aquí. Nunca imaginamos vivir una situación tan dolorosa”.
Aunque las causas del crimen aún son materia de investigación, residentes del conjunto aseguran que la mujer atravesaba por una profunda crisis emocional derivada, al parecer, de la ruptura con el padre de la niña. Este elemento será clave para determinar si existía algún antecedente de violencia o señales de alerta que fueron ignoradas.
Las autoridades locales han reiterado el llamado a la comunidad a denunciar cualquier indicio de violencia intrafamiliar, especialmente cuando hay menores de edad involucrados. Mientras tanto, el caso se convierte en una dolorosa alerta sobre la urgente necesidad de fortalecer los sistemas de atención psicológica y acompañamiento familiar.
