María Carolina Hoyos Turbay rompió el silencio con un mensaje que, más que una despedida, fue una declaración de amor y fe hacia su hermano, el senador Miguel Uribe Turbay. En redes sociales, compartió sus sentimientos más profundos, recordando que jamás imaginó tener que despedirlo. “Pensé que tú me despedirías a mí, era lo lógico”, escribió, en una frase que rápidamente se viralizó y que reflejó el impacto emocional que atraviesa su familia.
La hermana del político evocó a su madre, la periodista Diana Turbay, como un abrazo de consuelo en la eternidad. Con palabras cargadas de espiritualidad, aseguró que ahora madre e hijo se reencontraban, y pidió fuerzas a Dios para afrontar el duelo. Su mensaje, lejos de ser solo un lamento, se convirtió en un testimonio de resiliencia en medio de la tragedia.
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Dos meses de lucha tras el atentado
El 7 de junio, un atentado en Bogotá dejó a Miguel Uribe Turbay gravemente herido. Desde entonces, el senador y precandidato presidencial de 39 años libró una dura batalla por su vida en cuidados intensivos. Durante más de dos meses, su familia y sus seguidores mantuvieron la esperanza de su recuperación, aferrados a cada parte médico.
Sin embargo, la madrugada del 11 de agosto, una hemorragia en el sistema nervioso central puso fin a esa lucha. La noticia de su muerte generó una ola de reacciones en todo el país. Ciudadanos, colegas y líderes políticos expresaron su pesar, resaltando la figura de un joven que representaba renovación, firmeza y compromiso con Colombia.
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Agradecimientos y despedida final
En su emotiva publicación, María Carolina también dedicó palabras de gratitud a quienes acompañaron este difícil proceso. Reconoció la entrega de médicos y enfermeras, así como el apoyo de amigos y allegados. Nombró con especial afecto a su hijo Alejandro, a María Claudia Tarazona, esposa del senador, y a sus padres Miguel y Delia, a quienes definió como “verdaderos ejemplos en todo el sentido de la palabra”.
La despedida concluyó con una súplica y una promesa: que su hermano transmita un mensaje de amor a su madre en el cielo, y el deseo de reunirse con ellos algún día. “Me consuela saber que ahora están ustedes dos juntitos… ¡Hasta luego, a Dios!”, escribió, sellando así un adiós que combina dolor, gratitud y esperanza.