El cuerpo del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay llegó este lunes en la noche al Capitolio Nacional, donde fue recibido con una marcha fúnebre y pañuelos blancos en señal de duelo. El féretro, cubierto con la bandera de Colombia y custodiado por oficiales de la Policía Nacional, ingresó por la Plaza Núñez, acompañado por sus familiares más cercanos.
Dentro del Salón Elíptico, lugar donde permanecerá en cámara ardiente hasta el miércoles, se rindieron honores militares y se entonó el himno nacional antes de iniciar la ceremonia. La primera vicepresidenta del Senado, Ana Paula Agudelo, expresó su pesar y exigió resultados en la investigación por el atentado que, dos meses atrás, dejó al congresista gravemente herido. El presidente de la Cámara de Representantes, Julián David López, advirtió que el país “no cederá ante la violencia”.
El acto, que incluyó una oración, un minuto de silencio y toque de corneta, se realizó en medio del decreto de duelo nacional firmado por el ministro del Interior, Armando Benedetti, el cual ordena izar a media asta la bandera en todo el país y en las embajadas colombianas en el exterior.
A la ceremonia asistieron expresidentes como César Gaviria y Juan Manuel Santos, acompañado de su esposa y uno de sus hijos, congresistas de distintas bancadas, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, y representantes diplomáticos, entre ellos el jefe de misión de EE.UU., John T. McNamara. También estuvo presente el precandidato presidencial Juan Daniel Oviedo.
En contraste, la presencia de funcionarios del Gobierno fue limitada. Solo Benedetti y la directora del Dapre, Angie Rodríguez, acudieron, y llegaron cuando el homenaje ya había comenzado. Según reportes de prensa, antes de su ingreso, la viuda y los hijos de Uribe Turbay abandonaron el recinto, aparentemente inconformes con su asistencia.
María Claudia Tarazona, esposa del fallecido, describió a su esposo como “un hombre que soñaba con la paz y la unión de Colombia” y denunció el impacto de la violencia que, dijo, “rompe familias de la manera más cruel”.
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Finalmente, el miércoles, su féretro será trasladado a la Catedral Primada para las exequias, cerrando un capítulo doloroso en la política colombiana. En el mismo Salón Elíptico fueron despedidos en el pasado su abuelo, el expresidente Julio César Turbay, y su abuela, Nydia Quintero, quien falleció hace poco más de un mes.
