La desaparición de menores de edad en Colombia se ha convertido en un fenómeno alarmante. De acuerdo con el más reciente reporte de la Universidad Manuela Beltrán (UMB), elaborado a partir de estadísticas del Instituto Nacional de Medicina Legal, en el primer semestre de 2025 se registraron 837 casos, lo que equivale a un menor desaparecido cada cinco horas.
El análisis detalla que 564 de los casos corresponden a niñas y 273 a varones, lo que refleja que las mujeres representan cerca del 70 % de las desapariciones. Para Luis Barragán, sociólogo de la UMB, este panorama responde a dinámicas culturales y sociales complejas. “En las familias, los conflictos por custodia y las tensiones intrafamiliares pueden ser detonantes. En zonas rurales, el riesgo principal es el reclutamiento forzado por parte de grupos armados ilegales; mientras que en ciudades la trata de personas, la explotación laboral e incluso la mendicidad marcan las tendencias”, explicó.
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El estudio también hace énfasis en el papel de las redes sociales y los videojuegos en línea, que se han convertido en canales de captación y manipulación psicológica. Según el informe, estas plataformas facilitan que los menores sean atraídos por redes de trata, explotación sexual o incluso mafias vinculadas con adopciones ilegales.
De los 837 casos documentados, 333 menores fueron encontrados con vida (39,7 %), cuatro aparecieron sin vida (0,4 %) y 500 siguen desaparecidos, es decir, casi el 60 %.
Valeria Afanador continua desaparecida, Interpol emitió circular amarilla
El drama se ejemplifica con el caso de Valeria Afanador, una menor de Cundinamarca cuyo rastro se perdió en las instalaciones de una institución educativa en Cajicá. La Interpol emitió una circular amarilla para facilitar su búsqueda internacional, difundiendo su fotografía y datos personales.
La desaparición de Valeria ha movilizado a 17 entidades y más de 200 personas en uno de los operativos más amplios de la región. La Unidad de Gestión del Riesgo coordina los esfuerzos, que incluyen equipos caninos especializados, drones de última tecnología y la participación de cuerpos de bomberos de varios municipios como Tabio, Zipaquirá, Chía y Cajicá, además de la Defensa Civil, la Policía Nacional y el Ejército.
Mientras continúan las labores de búsqueda, las autoridades y organizaciones sociales hacen un llamado urgente a fortalecer los mecanismos de protección infantil y a reforzar la prevención frente a los riesgos que acechan a los menores tanto en sus entornos físicos como digitales.