La reconocida tienda de ropa infantil EPK, operada en Colombia por la sociedad Akmios S.A.S., entró en liquidación judicial luego de acumular deudas por $174.304 millones, una cifra que triplica el valor de sus activos, reportados en $70.673 millones al cierre de 2023. Así lo confirmó la Superintendencia de Sociedades mediante el auto 2025-01-597129, con el que oficializó el proceso bajo lo estipulado en la Ley 1116 de 2006.
El anuncio marca el final de una marca que durante casi dos décadas estuvo presente en los principales centros comerciales del país. Fundada en 2005 por Samuel Tcherassi, EPK fue durante años un referente en moda infantil, pero en los últimos tiempos su negocio se vio debilitado por disputas legales, un entorno económico adverso y la caída en la natalidad que afectó directamente la demanda.
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El superintendente Billy Escobar explicó que la compañía acudió a los mecanismos de insolvencia tras fracasar en su reorganización y que ahora se busca proteger los activos y permitir que los acreedores puedan recuperar parte de sus recursos. “Se actuó con celeridad para salvaguardar el orden económico”, señaló.
Disminución de nacimientos en Colombia contribuyó a la quiebra de EPK
Entre los factores que aceleraron la crisis se encuentra el largo pleito con la firma Bridgewood Capital, fundadora original de la marca, que se extendió por más de ocho años y fracturó las relaciones comerciales. A esto se sumó la disminución sostenida en la tasa de nacimientos: según el Dane, en 2024 el país registró 445.011 alumbramientos, un 33,4% menos que en 2014, lo que redujo considerablemente el mercado para la ropa infantil.
La decisión de liquidación implica que los acreedores deberán presentar sus reclamaciones al liquidador designado, quien tendrá la tarea de elaborar el inventario de activos y la graduación de pasivos que deberán ser aprobados por el juez del concurso. En la actualidad, la empresa no cuenta con empleados vinculados, ni directos ni indirectos, lo que evidencia el desmonte de su operación comercial.
En 2024, EPK había cerrado varias de sus tiendas en Bogotá y otras ciudades, además de suspender la venta de productos en su portal web, lo que anticipaba el desenlace. Con la liquidación, se confirma la salida definitiva de una de las marcas más recordadas por los padres de familia en Colombia, que llegó a ser sinónimo de exclusividad en moda infantil, pero terminó cediendo ante las deudas y la transformación del mercado.