En la mañana de este lunes 8 de septiembre, drones sobrevolaron Corinto y lanzaron artefactos explosivos contra la estación de Policía, provocando explosiones que encendieron la alarma en el municipio. Vecinos reportaron detonaciones y ráfagas, mientras los agentes activaban protocolos de defensa para protegerse y resguardar a la población.
La fuerza pública logró repeler el ataque sin sufrir víctimas mortales, solo daños menores en las estructuras policiales.
¿Quiénes estarían detrás y qué antecedentes existen?
Las primeras hipótesis apuntan al Frente Dagoberto Ramos, una disidencia de las FARC con presencia activa en el norte del Cauca. Este grupo armado ya ha sido vinculado a otros atentados violentos en la región.
El uso de drones con explosivos, aunque cada vez más frecuente en Colombia, representa una escalada en las tácticas de combate urbano por parte de grupos armados.
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¿Por qué es relevante este ataque en el marco del conflicto y la seguridad?
Este episodio refleja la creciente sofisticación de los métodos armados usados por disidencias. Los drones facilitan atacar desde distancia y sin poner en riesgo directo a los agresores.
Además, demuestra la vulnerabilidad persistente de la infraestructura pública y la necesidad urgente de reforzar la inteligencia militar, ampliar los sistemas antidrones y proteger eficazmente a la comunidad.
