El Parque Jaime Duque confirmó el nacimiento del primer cóndor andino criado bajo condiciones artificiales, un hecho sin precedentes para la conservación de esta ave en Colombia. La iniciativa hace parte del programa “Coexistiendo con el Cóndor”, desarrollado por la fundación que administra el parque y que busca aumentar la población de esta especie, actualmente en peligro crítico de extinción.
Además del polluelo ya nacido, permanecen en incubación otros dos huevos que podrían dar lugar a nuevos ejemplares en los próximos meses. Rafael Torres, gerente del parque, explicó que esperan un segundo nacimiento este mismo mes y un tercero en las siguientes ocho semanas. Según dijo, se trata de un paso fundamental para garantizar la permanencia de la especie en ecosistemas de alta montaña.
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Próxima liberación en el páramo del Almorzadero
El destino de los nuevos cóndores será el páramo del Almorzadero, un ecosistema estratégico ubicado en el oriente del país. Desde hace ocho años, la Fundación Parque Jaime Duque trabaja en esa zona junto a las comunidades locales para generar condiciones seguras de liberación. Este trabajo incluye actividades de sensibilización, vigilancia de nidos y creación de corredores biológicos que permitan la adaptación de los animales.
“Serán liberados en un territorio en el que hemos trabajado de manera constante con el apoyo de la comunidad”, detalló Torres, quien destacó que la participación ciudadana es clave para reducir amenazas como la caza y el envenenamiento de estas aves carroñeras. La meta del proyecto es lograr que los cóndores criados en cautiverio se integren de manera exitosa a las poblaciones silvestres.
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Símbolo cultural y apoyo comunitario
El cóndor andino no solo representa un valor ecológico sino también cultural. Torres recordó que esta ave ha sido considerada un mensajero del sol dentro de la cosmovisión muisca, y que en la historia ancestral fue vista como el encargado de llevar la luz al mundo. A nivel ambiental, cumple un rol determinante como limpiador natural, contribuyendo al equilibrio de los ecosistemas de páramo y alta montaña.
El gerente del parque explicó que el financiamiento del programa proviene de los cerca de 50.000 visitantes anuales que recibe el complejo turístico y cultural. Los recursos obtenidos permiten sostener los procesos de incubación, cuidado de los ejemplares y actividades pedagógicas. “Gracias al apoyo de los visitantes podemos mantener un proyecto que une conservación, educación y cultura”, afirmó.