La tensa situación de seguridad en el Cauca escaló a un nivel crítico este jueves con el asesinato del teniente coronel Rafael Granados Rueda, una figura clave en la lucha contra las economías ilícitas en el suroccidente del país. El ataque sicarial, ocurrido en pleno mediodía en una concurrida zona de Popayán, desató una ola de indignación y una fuerte respuesta institucional que incluyó la militarización anunciada de la capital caucana.
El atentado se registró hacia las 12:20 p.m. en la Carrera 9, en momentos en que el oficial se movilizaba en un vehículo particular desde el cantón militar hacia su residencia, en el barrio Champagnat. Dos hombres a bordo de una motocicleta lo interceptaron y abrieron fuego a través de la ventanilla, impactando gravemente al teniente coronel Granados Rueda en la cabeza.
El militar, quien estaba adscrito a la Brigada contra el Narcotráfico N° 3, fue trasladado de urgencia al Hospital San José, donde lamentablemente falleció debido a la gravedad de las heridas. Un soldado que lo acompañaba en el vehículo también resultó herido en el ataque.
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Denuncia de “crimen de Guerra” y militarización
Las reacciones de alto nivel no se hicieron esperar, enfocadas tanto en el repudio al acto como en la preocupación por el recrudecimiento de la violencia en el Cauca:
- Violación al DIH: Las Fuerzas Militares denunciaron que el teniente coronel Granados Rueda fue asesinado en “estado de indefensión”, calificando el suceso como una flagrante violación al Derecho Internacional Humanitario y a los Derechos Humanos.
- Reacción presidencial: El presidente Gustavo Petro se pronunció públicamente, catalogando el asesinato como un “crimen de guerra” y solicitando de inmediato un informe de seguridad sobre los desplazamientos del oficial.
- Refuerzo de seguridad: tras un consejo extraordinario de seguridad, las autoridades anunciaron la militarización de Popayán y el despliegue de un dispositivo especial de seguridad para blindar la ciudad, ante los constantes ataques que se repiten a diario contra policías y soldados en el departamento.
Objetivo estratégico contra el narcotráfico
El teniente coronel Granados Rueda, quien también era oficial de Aviación Militar, se desempeñaba como Jefe del Estado Mayor y de operaciones de la Brigada contra el Narcotráfico N° 3. Su rol era considerado estratégico en la ofensiva militar contra las estructuras armadas y las economías ilícitas (principalmente el narcotráfico) que operan en la región.
Las autoridades, en coordinación con la Fiscalía, activaron de inmediato los protocolos de búsqueda y reacción. El Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Defensa, ofreció una millonaria recompensa a la ciudadanía que suministre información clave para dar con la ubicación y captura de los autores materiales e intelectuales de este crimen.
El almirante Cubides Granados reafirmó el compromiso de la institución: “Ningún acto terrorista nos detendrá, seguiremos afectando a todos los Grupos Armados Organizados al margen de la ley y sus economías ilícitas”. El asesinato del oficial subraya la creciente preocupación por los episodios de sicariato y la ofensiva criminal dirigida contra la Fuerza Pública en esta zona del país.
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