El Deportivo Cali enfrenta uno de los momentos más críticos de su historia reciente. A menos de dos semanas de que venza el plazo dado por el Ministerio del Deporte para saldar sus compromisos financieros, el club aún no ha recibido el dinero prometido por el grupo inversor IDC Network, el cual solo podrá desembolsar recursos tras la conversión del equipo a Sociedad Anónima, paso que aún no ha sido oficializado.
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Con una deuda acumulada cercana a los 120.000 millones de pesos, la institución vallecaucana navega entre la incertidumbre administrativa y el malestar interno. Jugadores del equipo masculino, a quienes se les adeudan hasta cuatro quincenas, apenas recibieron el pago de una, mientras que la plantilla femenina sigue esperando una solución, a pesar de haber liderado la Liga Profesional en la última temporada.
¿Gamero podría irse antes de debutar?
El nuevo técnico, Alberto Gamero, aceptó el cargo bajo condiciones específicas, una de ellas: ponerse al día con los pagos. De lo contrario, tanto él como los jugadores estarían habilitados para romper su vínculo contractual bajo amparo de la FIFA. La amenaza de renuncias masivas ya no es hipotética.
El periodista Francisco ‘Pacho’ Vélez encendió las alarmas al revelar que el 10 de julio es la fecha límite impuesta por el Gobierno nacional para que el club cumpla con sus obligaciones salariales, so pena de perder el reconocimiento deportivo, hecho que, de concretarse, implicaría su salida del fútbol profesional colombiano, como ya ocurrió con el Cúcuta Deportivo en 2020.
Mientras la Dimayor asegura que el equipo sigue activo oficialmente, el ambiente al interior del club es tenso. El cuerpo técnico ha iniciado trabajos de pretemporada, pero sin garantías financieras, y con la presión de un plantel impaciente por respuestas concretas.
La afición ‘azucarera’, por su parte, espera que la Asamblea se convoque con urgencia para permitir el ingreso del grupo inversionista y evitar un desenlace trágico para uno de los clubes más tradicionales del fútbol colombiano.