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Deportivo Cali será ahora un club profesional

Ante una crisis financiera histórica, el Deportivo Cali apuesta por un nuevo modelo jurídico para atraer inversión y evitar su colapso.

La historia del Deportivo Cali está a punto de vivir uno de sus capítulos más trascendentales. El equipo vallecaucano, arrinconado por una crisis económica que lo tiene con un déficit cercano a los 120 mil millones de pesos, tomó la decisión de transformarse en sociedad anónima. El nuevo nombre será Club Profesional Deportivo Cali S.A., una figura jurídica que marcará el fin del modelo tradicional con el que operó durante décadas. La medida no solo busca aliviar las deudas, sino también atraer inversión privada que permita rescatar al club del abismo financiero en el que se encuentra.

El paso clave para esta reestructuración ya fue dado. El Ministerio del Deporte aprobó los estatutos que regirán la nueva etapa institucional, lo cual abre oficialmente la puerta a la transformación. Ahora, la responsabilidad recae en los asociados, quienes tendrán que aprobar o rechazar el cambio durante una asamblea extraordinaria convocada para agosto de 2025. Si se da el visto bueno, el Deportivo Cali abandonará su condición de asociación deportiva y se convertirá en una empresa con accionistas, una figura que le daría mayor flexibilidad para recibir recursos y modernizar su funcionamiento.

Hasta ahora, el equipo ha operado bajo un esquema en el que la toma de decisiones está en manos de los asociados. Si bien ese modelo fue útil durante muchos años, hoy representa una barrera para acceder a inversión extranjera, limitar su crecimiento y dificultar la gestión administrativa. En cambio, con el nuevo formato, el club podrá negociar con capital privado y abrirse a socios estratégicos que no solo inyecten recursos, sino que también aporten visión empresarial. Este sería un giro profundo, pero según los directivos, es necesario para evitar el colapso total.

Una apuesta por inversión privada y capital extranjero

Uno de los movimientos más ambiciosos en este proceso es el acercamiento con IDC Network, una empresa guatemalteca interesada en adquirir cerca del 70% de las acciones del nuevo club. La operación, que se encuentra en etapa avanzada, contempla una inversión cercana a los 55 millones de dólares. Ese capital estaría destinado a saldar deudas, robustecer el plantel profesional y garantizar la continuidad institucional. Para una institución como el Cali, golpeada por sanciones, embargos y malos resultados deportivos, esta inyección de recursos podría representar su salvación. Pero también significaría ceder el control del equipo a inversionistas extranjeros.

La construcción del nuevo esquema legal no fue improvisada. Detrás de este proceso está el Comité Ejecutivo del club, junto a su equipo jurídico y asesores externos. También participaron abogados allegados a los asociados, con el objetivo de representar los distintos intereses y evitar imposiciones unilaterales. De acuerdo con el comunicado oficial, la idea fue lograr un consenso amplio y transparente, que permita una transición sin fracturas ni conflictos internos. Los líderes de este cambio consideran que esta decisión no solo salvará al equipo de una posible desaparición, sino que lo proyectará hacia una era de mayor sostenibilidad.

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Aunque el cambio de modelo genera incertidumbre, los directivos aseguran que el club no perderá su esencia ni su conexión con la hinchada. El reto, más allá del plano financiero, será mantener los valores y la identidad que lo han caracterizado históricamente. Sin embargo, está claro que el panorama actual exige decisiones de fondo. Con la aprobación estatal en mano y una hoja de ruta trazada, el Deportivo Cali se alista para dar el salto más importante en su historia reciente, con la esperanza de que este nuevo comienzo sea el punto de partida para reconstruir su grandeza.