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“El club no es un negocio”: hinchas del América arremeten contra la dirigencia

La crisis en América de Cali se agudiza dentro y fuera de la cancha.

La crisis deportiva y administrativa del América de Cali llegó a un punto de quiebre: los aficionados han decidido levantar la voz contra las directivas, a quienes acusan de “traicionar la esencia del club”. Con comunicados, marchas, mensajes en redes sociales y un notorio vacío en el estadio Pascual Guerrero, la hinchada, liderada por la barra Barón Rojo Sur, exige la salida de la familia Gómez Giraldo, propietaria de la institución.

El malestar de los seguidores no se reduce a los resultados deportivos el equipo ocupa los últimos lugares de la tabla, sino a lo que consideran una falta de identidad y transparencia en el manejo del club. La contratación de jugadores sin impacto, la ausencia de un proyecto deportivo sólido y la percepción de que el América se ha convertido en “un negocio familiar”, son los detonantes de la protesta.

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Las manifestaciones se han hecho visibles en las calles y en las tribunas, donde incluso el clásico vallecaucano mostró la inconformidad: apenas 4.000 aficionados asistieron, en contraste con los llenos habituales del Pascual Guerrero. El boicot a los partidos busca impactar directamente la economía del equipo como medida de presión.

Barón Rojo Sur califica de mediocridad el desempeño de los jugadores

La tensión aumentó con un comunicado del Barón Rojo Sur que califica de “mediocridad” el desempeño de los jugadores y lanza una advertencia directa a los directivos: “Ustedes quisieron jugar con el Diablo, pero ahora será el Diablo quien juegue con ustedes”.

La llegada de David González al banquillo, tras su salida de Millonarios, tampoco ha sido vista como una solución, ya que parte de la afición lo rechaza por sus antecedentes recientes. Mientras tanto, Tulio Gómez ha optado por el silencio público, lo que para muchos hinchas solo confirma la desconexión con la realidad que vive la institución.

El futuro del club parece depender de una decisión crucial: que la familia Gómez Giraldo venda sus acciones o renuncie al manejo del proyecto deportivo. Hasta entonces, las protestas prometen continuar, manteniendo abierta una herida que hoy divide a uno de los equipos más históricos del fútbol colombiano.