América de Cali no solo enfrenta retos deportivos en la Liga BetPlay 2025, donde ha transitado entre las últimas posiciones y la recuperación reciente tras vencer al Deportivo Pasto, sino también un escenario legal que podría tener repercusiones económicas importantes. La institución confirmó que prepara una demanda contra El Nacional de Ecuador, derivada de compromisos pendientes relacionados con un partido amistoso jugado el 27 de junio de 2024 en el estadio Olímpico Atahualpa de Quito.
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Según trascendió, el pleito obedece a la falta de cumplimiento de acuerdos por parte de la directiva del club ecuatoriano, que habría asumido responsabilidades logísticas del evento conmemorativo de sus 60 años de fundación. Dichos compromisos incluían gastos de viaje y manutención del equipo colombiano, que hasta ahora no han sido cubiertos. La situación fue revelada por el periodista Pepe Mera, quien afirmó que América reclama la falta de seriedad en la palabra del presidente de El Nacional.
El trasfondo del reclamo al Nacional de Ecuador
El partido, que culminó con triunfo 2-1 de los escarlatas, se organizó como parte de la agenda festiva del club militar ecuatoriano. Sin embargo, pese al carácter simbólico del encuentro, los vallecaucanos aseguran que nunca recibieron la compensación pactada. Incluso medios locales, como Ecuavisa, señalaron que la deuda correspondería a gastos operativos que fueron asumidos por América bajo la expectativa de un reembolso que nunca llegó.
Ahora, los diablos rojos buscan resolver la disputa en los estrados judiciales internacionales, en un proceso que podría prolongarse y sumar tensión a un semestre complejo en lo deportivo y administrativo. Para la dirigencia del América, esta acción no solo representa la posibilidad de recuperar recursos, sino también un mensaje de exigencia en el cumplimiento de compromisos en el fútbol continental.
Mientras tanto, en la cancha, los dirigidos interinamente tras la salida de Diego Raimondi respiran con algo de tranquilidad luego de escapar del último puesto y acercarse al grupo de los ocho. Sin embargo, el panorama institucional demuestra que la batalla de los escarlatas va más allá de lo deportivo: ahora también se libra en los tribunales.