El Deportivo Cali entró oficialmente en una nueva etapa. El club registró ante la Cámara de Comercio su transformación en Sociedad Anónima, un movimiento que marca un giro en su modelo de manejo y que llega después de varios años de problemas económicos y tropiezos deportivos.
Con este paso, la institución busca un funcionamiento más ordenado, una gestión menos política y un camino que le permita estabilizarse tras un periodo crítico.
El registro quedó formalizado como Club Profesional Deportivo Cali S.A., con una vigencia de 100 años y una estructura pensada para atraer inversión y profesionalizar la administración. La empresa IDC, de capital guatemalteco, asumirá un papel central en las decisiones estratégicas, algo que no ocurría bajo el esquema anterior, donde todo dependía de votaciones internas y largas discusiones entre los socios.
La nueva junta directiva quedó integrada por Rafael Tinoco, Richard Lee, Beatriz Carbonell y Joaquín Losada, mientras la asamblea definirá el quinto integrante.

Este grupo tendrá la tarea de auditar procesos, revisar la capitalización pendiente y ajustar la operación para que la sociedad funcione dentro de los lineamientos exigidos por el Ministerio del Deporte.
Este movimiento empresarial no es aislado. En varios países de la región, clubes tradicionales migraron a esquemas similares para ordenar sus finanzas y abrir puertas a recursos externos. El Cali, al parecer, intenta replicar modelos que separan la política de la gestión deportiva y que suelen ofrecer mayor transparencia y control.
Un club que intenta dejar atrás un periodo difícil
El cambio jurídico llega en medio de un momento complejo. El equipo quedó eliminado del torneo con varias fechas de anticipación y completó otro semestre sin cuadrangulares, algo que no ocurría durante sus mejores épocas.
Mientras tanto, la antigua Asociación celebró un importante avance en su proceso de reorganización. El pasado 28 de octubre, comunicó que la Superintendencia de Sociedades aprobó el Acuerdo de Reestructuración, un trámite que se convirtió en el corazón del plan de salvación.
Alberto Gamero aceptó el fracaso deportivo y trabaja en la plantilla de 2026, con salidas confirmadas y entre cinco y seis refuerzos que espera tener para el inicio de la pretemporada.
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En aquel momento, agradecieron a los acreedores, al Ministerio del Deporte y a las entidades que acompañaron el trámite, y anunciaron una rueda de prensa para presentar la hoja de ruta de la nueva etapa.
Lo que viene para el Cali
La inscripción como S.A. y la aprobación del acuerdo financiero se cruzan en un punto decisivo. De un lado, la sociedad abre la puerta a inversión, control técnico y decisiones más rápidas. Del otro, la reorganización marca un compromiso de pago y disciplina que el club deberá cumplir durante los próximos años.
En el registro oficial también quedó ratificado Humberto Arias como representante legal, según certificación del Ministerio del Deporte emitida el 30 de octubre. Con él, la junta y IDC, el Cali entra a un periodo que exige resultados administrativos y deportivos.