La edad deja uno de los cambios más curiosos, la aparición de un aroma característico en la piel de las personas mayores. Este fenómeno, conocido como “olor a viejo”, ha intrigado a científicos y a la sociedad durante años. Aunque muchos lo asocian con la vejez, lo cierto es que su origen es mucho más complejo de lo que parece.
El principal culpable de este aroma peculiar es una molécula llamada 2-nonenal. Esta sustancia se forma en la piel debido a la oxidación de los lípidos, un proceso biológico que ocurre con el envejecimiento. A medida que las personas envejecen, la capacidad antioxidante de su piel disminuye, lo que facilita la oxidación de los ácidos grasos en la dermis. Este proceso produce compuestos volátiles, y el 2-nonenal se acumula, creando el olor asociado con la edad avanzada.
Aunque muchas personas creen que este olor aparece solo en la vejez, estudios científicos indican que su desarrollo comienza mucho antes. A partir de los 30 años, la producción de antioxidantes en el cuerpo disminuye, lo que acelera la oxidación de los compuestos lipídicos en la piel. Así, el fenómeno se empieza a notar, aunque de manera sutil. No es hasta los 50 años cuando la presencia de 2-nonenal se vuelve más perceptible.
Causas del “olor a viejo”
El envejecimiento de la piel y la alteración de su composición lipídica son las principales causas de la aparición de esta molécula. A medida que envejecemos, la producción de sebo, una sustancia grasa que recubre la piel, cambia. La falta de antioxidantes naturales contribuye a la mayor oxidación de los ácidos grasos, lo que facilita la aparición del 2-nonenal. Este proceso se da independientemente de la higiene personal, ya que incluso con una limpieza adecuada, la oxidación sigue ocurriendo.
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Aunque es un proceso natural, existen formas de disminuir la intensidad del “olor a viejo”, como una alimentación saludable, el uso de productos antioxidantes y una hidratación adecuada pueden ayudar a retrasar este fenómeno. Sin embargo, hay que recordar que, aunque los hábitos saludables pueden influir, el envejecimiento y sus efectos en la piel son inevitables.