Luis Díaz no solo es una figura del fútbol internacional, sino ahora también protagonista de una de las bodas más ostentosas del año en Colombia con su pareja Geraldine Ponce. La ceremonia, realizada en Barranquilla el sábado 14 de junio, se convirtió en un evento millonario donde el lujo fue protagonista en cada detalle.
El detalle más llamativo fue, sin duda, el excéntrico grillz que Luis Díaz decidió lucir al momento de llegar al altar. Se trató de una pieza dental removible, elaborada en oro blanco con incrustaciones de diamantes, hecha a mano por el reconocido diseñador dental Daniel Zabaleta Díaz. El accesorio personalizado está valorado en más de 20 millones de pesos colombianos.
Inspirado en el estilo urbano y los íconos del vallenato, el grillz fue tanto una declaración estética como una demostración de estatus económico. Aunque recibió elogios por parte de fanáticos, también generó críticas por lo llamativo y costoso del objeto.
Decoración floral de alto nivel: más de $100 millones en ambientación
La Parroquia Inmaculada Concepción, en el exclusivo barrio El Prado, fue transformada con una producción floral que incluyó rosas, hortensias, clavelinas y bocas de dragón en tonos blancos. Todo fue diseñado y ejecutado por Ney Nieto, una de las decoradoras de bodas más cotizadas del país. Fuentes cercanas estiman que solo en la decoración de la iglesia y el salón de recepciones se invirtieron más de 100 millones de pesos, sumando logística, transporte, flores importadas y ambientación personalizada.
La recepción se realizó en el Country Club de Barranquilla, uno de los lugares más exclusivos de la ciudad. Para el entretenimiento, Díaz contrató a artistas como Silvestre Dangond, Elder Dayán, Criss & Ronny y Blessd, cuyos honorarios pueden oscilar entre 50 y 200 millones de pesos cada uno, dependiendo del tipo de show. Entre sonido, tarima, luces, seguridad, banquete y bebidas premium, se calcula que la fiesta pudo superar fácilmente los 800 millones de pesos en total.
En medio de las críticas y los elogios, lo cierto es que la boda de Luis Díaz fue una muestra pública de su éxito y capacidad económica. Tras una temporada triunfal en Europa y con apenas 28 años, el guajiro selló su amor con Geraldine Ponce en una fiesta que no escatimó en gastos ni lujos.