La reciente ley en Turquía que busca controlar la población de perros callejeros está llevando a refugios a enviar animales al extranjero para evitar su sacrificio.
La nueva legislación en Turquía, diseñada para controlar la población de más de cuatro millones de perros callejeros, ha desencadenado un éxodo canino hacia el extranjero. La ley, aprobada por el presidente Recep Tayyip Erdogan, estipula que los perros recogidos de las calles deben ser esterilizados en refugios y puestos en adopción. Pues, los animales que presenten comportamientos peligrosos, enfermedades contagiosas o incurables podrían ser sacrificados mediante eutanasia. Esto si no encuentran un hogar en el plazo de un mes.
Además, esta medida ha generado controversia entre defensores de los derechos de los animales. Ya que argumentan que muchos perros que llevan tiempo en refugios están en riesgo de ser sacrificados. Nilgül Sayar, directora de un refugio en Turquía, ha expresado su preocupación y ha comenzado a buscar alternativas para asegurar un futuro para estos animales. Las alternativas de la directora incluye el envío de los perros a países europeos.
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Un ejemplo es Deezi, una perrita de nueve años que ha encontrado un hogar en Países Bajos. Sayar ha confirmado que entre 20 y 25 perros están listos para ser enviados al extranjero, pero el proceso es complicado y costoso. “La gente sigue contactándonos para adoptar, así que espero que pronto podamos enviar más animales,” afirma Sayar. El traslado de perros a la Unión Europea implica trámites, documentación y vacunas. Lo cual tiene un costo aproximado de 1,000 euros y un tiempo de espera de entre tres y cuatro meses.
La implementación de esta ley ha generado un debate sobre cómo equilibrar el bienestar de los animales con las preocupaciones de salud pública. Mientras los refugios turcos enfrentan desafíos adicionales para cumplir con las nuevas regulaciones.