fbpx ...

Bashar al Asad, presidente Sirio, cayó tras 24 años de dictadura, marcado un nuevo capítulo para Siria

Después de más de una década, una ofensiva encabezada por el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS) logró tomar el control de Damasco.

La caída del régimen de Bashar al Asad marcó un punto de inflexión en la historia de Siria. Después de más de una década de guerra civil, el 27 de noviembre, una ofensiva encabezada por el grupo islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS) logró tomar el control de Damasco, forzando la huida del dictador y su familia.

El avance de los insurgentes, liderados por Abu Mohamed al Jolani, puso fin a un régimen que gobernó Siria desde el año 2000. La ofensiva relámpago dejó al Gobierno sin capacidad de respuesta, permitiendo a los rebeldes tomar el control de la capital siria y consolidar su dominio. Tras la avanzada, en la histórica plaza de los Omeyas, cientos de ciudadanos celebraron el final de una era marcada por represión y conflicto.

El dictador y su familia abandonaron la sede del Gobierno en Damasco sin anunciar su destino. Sin embargo, horas después, el Kremlin confirmó que Bashar al Asad y su círculo más cercano habían llegado a Moscú bajo asilo político ofrecido por el presidente Vladimir Putin. Rusia, aliado estratégico del régimen sirio durante el conflicto, aseguró haber iniciado conversaciones con los nuevos líderes rebeldes para garantizar la seguridad de sus bases militares y diplomáticas en la región.

Alepo: el inicio del declive

Antes de la caída de Damasco, la toma de Alepo había marcado el principio del fin para Bashar al Asad. En una operación estratégica, el grupo HTS recuperó el control de la segunda ciudad más importante de Siria, algo que no sucedía desde 2016.

Abu Mohamed al Jolani, líder de HTS, apareció en la ciudadela de Alepo vestido con ropa militar y rodeado de combatientes. En un discurso transmitido internacionalmente, aseguró que no habría represalias contra los opositores y manifestó su intención de liderar una transición política. Sin embargo, su promesa genera inquietud, ya que la diversidad de facciones dentro del movimiento rebelde podría desencadenar disputas internas.

No obstante, con la salida de Bashar al Asad del poder, Siria enfrenta enormes desafíos para establecer un gobierno estable. Líderes internacionales como Joe Biden y Emmanuel Macron han instado a una transición pacífica, pero las tensiones entre los diversos actores involucrados complican el panorama.

Por otro lado, potencias como Rusia, Irán y Turquía buscarán consolidar su influencia en el nuevo escenario sirio. Mientras tanto, la población espera con incertidumbre que la caída del régimen sea el primer paso hacia la reconstrucción de un país devastado por años de guerra.

Lea también: Daniel Ortega expulsa a todas las monjas de Nicaragua antes de fin de año

El legado de Bashar al Asad, quien llegó al poder tras la muerte de su padre en el año 2000, queda reducido a un periodo de autoritarismo y conflicto. Aunque su mandato comenzó con promesas de modernización, rápidamente se convirtió en una continuación del régimen represivo que lo precedió. Ahora, su huida a Moscú marca el fin de una era y el inicio de una nueva etapa para Siria.

contáctanos

últimas noticias

cw media group

Copyright © 2024 CW Media Group S.A.S