En medio de una Venezuela militarizada y con la toma de posesión de Nicolás Maduro a la vuelta de la esquina, el presidente chavista se mostró desafiante al anunciar la detención de siete extranjeros acusados de terrorismo. En un acto oficial realizado este martes. Maduro detalló que las autoridades venezolanas habían detenido a dos ciudadanos estadounidenses, dos colombianos y tres ucranianos, todos ellos vinculados a presuntas acciones terroristas en el país. El mandatario insistió en que estas detenciones forman parte de un esfuerzo continuo para garantizar la seguridad y la estabilidad en Venezuela, que según él, enfrenta constantes amenazas internas y externas.
“Fascistas, imperialistas, no se equivoquen conmigo. No se equivoquen con el pueblo de Venezuela, que estamos resueltos y decididos a vencer”, declaró Maduro, visiblemente firme, mientras tomaba juramento a los nuevos miembros de los Cuerpos Combatientes en un acto celebrado con la Milicia Bolivariana. El presidente venezolano dejó claro que no permitirá que los opositores, ni los actores internacionales, pongan en peligro la paz y la soberanía de su país. Su discurso también apuntó a las denuncias que la oposición y organismos internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), han hecho sobre las violaciones de derechos humanos en Venezuela.
La detención de estos “mercenarios” se produce en un contexto de creciente tensión política. Además de los siete detenidos, Maduro mencionó que durante los meses de noviembre y diciembre, las autoridades venezolanas habían arrestado a 125 personas de 25 nacionalidades diferentes, en su mayoría acusadas de intentar desestabilizar el país. A estas detenciones se suman los casos de figuras opositoras como Edmundo González Urrutia, quien ha denunciado la detención de su yerno, y María Corina Machado, quien ha sido blanco de constantes amenazas y hostigamiento por parte del régimen.
Maduro anuncia la detención de “mercenarios”
Maduro también se refirió a la reciente detención del gendarme argentino Nahuel Agustín Gallo, quien fue arrestado en diciembre bajo acusaciones de espionaje y presunta participación en un complot para asesinar a la vicepresidenta Delcy Rodríguez. Según Maduro, este tipo de acciones forman parte de una estrategia internacional para socavar su gobierno y fomentar la violencia en el país. “El fascismo psicópata tenía planes con mercenarios extranjeros, para llenar de bombas el país y hacer atentados contra líderes de la revolución”, agregó el presidente venezolano.
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A tres días de su toma de posesión, Maduro subrayó que la situación en Venezuela es un asunto interno que debe ser resuelto por los propios venezolanos. “El destino de Venezuela es de las y los venezolanos”, afirmó, mientras reiteraba que Colombia y otros países deben respetar la soberanía del país. En cuanto a la asistencia de representantes internacionales a la toma de posesión, el mandatario criticó a aquellos que, en su opinión, se alinean con la “oligarquía psicópata” que intenta desestabilizar el país.
El líder chavista destacó la importancia de la paz
El presidente también hizo hincapié en la importancia de la paz y la estabilidad, a pesar de las amenazas de la oposición y las críticas internacionales. “La Milicia de Venezuela es el rostro humilde y aguerrido para la defensa del país”, señaló, al mismo tiempo que expresó su disposición a entregar su vida por la patria. La seguridad durante la toma de posesión del 10 de enero estará a cargo de 1.200 efectivos militares, como parte de un despliegue para garantizar el orden en medio de las tensiones políticas.
Con todo esto, la situación en Venezuela sigue siendo crítica. La toma de posesión de Maduro se enmarca en un ambiente de incertidumbre, con dos figuras políticas, Maduro y González Urrutia, reclamando la presidencia, y con un país dividido por profundas disputas internas. Sin embargo, el régimen chavista parece decidido a mantener su control, con el apoyo de las fuerzas militares y la milicia popular, a pesar de las crecientes presiones externas e internas.
