En una decisión que refuerza el aislamiento diplomático de Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro ha ordenado limitar la representación de Francia, Italia y Países Bajos en Caracas a un máximo de tres diplomáticos por embajada. La medida fue anunciada por el canciller Yván Gil, quien señaló que esta acción responde a la “conducta hostil” de estos países, caracterizada por su “apoyo a grupos extremistas” y su supuesta “intromisión en asuntos internos”.
El anuncio, realizado este martes, también establece restricciones de movimiento para los diplomáticos, quienes necesitarán autorización escrita de la Cancillería venezolana para desplazarse a más de 40 kilómetros de la Plaza Bolívar en Caracas. “Venezuela exige respeto a su soberanía y autodeterminación, principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas”, declaró Gil en un comunicado oficial.
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Las tensiones entre Venezuela y estos países europeos no son nuevas. Francia, Italia y Países Bajos han cuestionado la legitimidad de la reelección de Maduro en las elecciones de julio de 2024, consideradas fraudulentas por la oposición. Además, los gobiernos europeos han expresado su respaldo a Edmundo González Urrutia, líder opositor exiliado que reivindica su victoria en los comicios.
Países Europeos no apoyan la reelección de Maduro
La situación se agravó tras la toma de posesión de Maduro para un tercer mandato el pasado 10 de enero. Francia, por ejemplo, emitió un comunicado instando al mandatario a retomar el diálogo con la oposición para restaurar la democracia y la estabilidad en el país. Italia, por su parte, condenó el arresto de la líder opositora María Corina Machado, quien fue detenida brevemente en Caracas durante una protesta en la víspera de la juramentación de Maduro.
Con Países Bajos, los roces diplomáticos se intensificaron tras el asilo otorgado a González en septiembre, cuando buscó refugio en la residencia del embajador neerlandés en Caracas antes de viajar a España.
En paralelo, la Unión Europea ha endurecido sus sanciones contra funcionarios chavistas, acusando al régimen de Maduro de represión sistemática y detenciones arbitrarias. Desde las elecciones de julio, más de 2,500 personas, incluidos menores, han sido detenidas en Venezuela, según un comunicado de Bruselas.
El gobierno venezolano también ha señalado la detención de 125 extranjeros acusados de estar vinculados a supuestos “planes terroristas” contra el país. Estas acciones, sumadas a las restricciones diplomáticas, refuerzan la postura defensiva del chavismo frente a lo que percibe como una conspiración internacional liderada por Estados Unidos y sus aliados europeos.
Maduro ha justificado estas medidas como parte de su estrategia para defender la soberanía de Venezuela, mientras las relaciones con Europa alcanzan uno de sus puntos más tensos en los últimos años.
