Este martes 4 de febrero, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto para poner fin a la participación de su país en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esta medida se complementa con la decisión de la decisión de continuar con la suspensión de fondos para la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA).
La firma de este decreto ocurre el mismo día en que Trump se reunió con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en la Casa Blanca. Netanyahu critica constantemente a la UNRWA y al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, acusándolos de ser parciales y de tener un enfoque sesgado contra Israel. Desde el inicio de su mandato, Trump ha mantenido una relación estrecha con Netanyahu, especialmente después de que el presidente estadounidense decidiera trasladar la embajada de EE. UU. a Jerusalén.
Postura de Israel
Desde que Trump asumió la presidencia en 2017, Israel ha impulsado el desmantelamiento de la UNRWA. En 2017, Netanyahu expresó su apoyo a la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, quien también criticaba fuertemente a la organización internacional. En ese momento, Netanyahu declaró que “es hora de desmantelar la UNRWA”, marcando así un cambio significativo en la política israelí hacia los refugiados palestinos.
Recientemente, las acusaciones de que algunos empleados de la UNRWA estuvieron involucrados en la masacre del 7 de octubre de 2024, uno de los peores ataques contra la comunidad judía, han intensificado el rechazo hacia la agencia en Israel. Este incidente, que dejó una fuerte huella en la sociedad israelí, se ha convertido en un factor que algunos consideran justificación para la crítica a la UNRWA.
Las consecuencias para los palestinos y Haití
El responsable de la UNRWA, por su parte, expresó que las acciones de Trump solo profundizarán el sufrimiento de los palestinos, especialmente en Gaza, una región marcada por condiciones extremas. Además, el gobierno estadounidense anunció el cese inmediato de su contribución a la misión multinacional de seguridad en Haití, liderada por Kenia, debido a la falta de financiamiento. Esta decisión también forma parte de una serie de cambios en la política exterior de EE. UU. durante el segundo mandato de Trump.