En un giro significativo en la política ambiental de Estados Unidos, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que revoca las restricciones impuestas a los sorbetes de plástico, permitiendo su regreso a nivel nacional. La orden, que se oficializó el lunes 10 de febrero, también establece la eliminación de las pajitas de papel que muchas ciudades, estados y empresas habían adoptado en años recientes debido a preocupaciones medioambientales.
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Trump calificó la prohibición de sorbetes de plástico como parte de una “campaña irracional” y argumentó que las alternativas de papel no son funcionales ni económicas. En su decreto, señaló que las pajitas de papel son más caras de producir, contienen químicos que podrían representar un riesgo para la salud humana, y a menudo requieren que los consumidores utilicen varias para una sola bebida. Además, algunas de estas pajitas vienen envueltas en plástico, lo que contradice el argumento ecológico a favor de su uso.
El decreto presidencial también ordena que los departamentos del gobierno federal dejen de adquirir pajitas de papel y, en su lugar, adopten nuevamente las versiones plásticas.
Estados Unidos elaborará estrategia para poner fin a pitillos de papel
Este movimiento de Trump contrasta con las políticas promovidas por el gobierno de su sucesor, Joe Biden, quien había impulsado un plan para reducir progresivamente el uso de plásticos de un solo uso, como pajitas y cubiertos, con el objetivo de eliminar estos productos para 2035. A su vez, el decreto establece que en los próximos 45 días se elaborará una “Estrategia Nacional para poner fin al uso de pajitas de papel” en el ámbito federal.
El debate sobre las pajitas plásticas no es nuevo. Organizaciones como “The Last Plastic Straw” han advertido sobre el impacto ambiental de su uso, destacando que en Estados Unidos se utilizan más de 500 millones de pajitas plásticas diariamente, contribuyendo significativamente a la contaminación. Por otro lado, grandes corporaciones como Disney, Starbucks y Alaska Airlines han sustituido estas pajitas por alternativas de papel, con el fin de reducir el plástico en sus operaciones.
La orden de Trump también se enmarca dentro de una serie de medidas económicas, que incluyen la imposición de un arancel del 25% sobre las importaciones de aluminio y acero. Sin embargo, la decisión ha generado críticas entre grupos ambientalistas, que aseguran que la medida va en contra de los esfuerzos para mitigar el cambio climático.
Con esta nueva política, el presidente de Estados Unidos reitera su postura a favor de la industria y el consumo, priorizando la conveniencia sobre los beneficios ecológicos promovidos por el gobierno anterior.
