El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado una nueva orden ejecutiva que prohíbe al Gobierno federal financiar, patrocinar o apoyar cualquier procedimiento de transición de género en menores de 19 años. La medida, que ya ha generado fuertes reacciones en el ámbito político y social, ha sido celebrada por sectores conservadores y duramente criticada por activistas y organizaciones de derechos humanos.
Trump argumentó que los médicos en el país están “mutilando” y “esterilizando” a “jóvenes impresionables” con la “falsa afirmación” de que los adultos pueden cambiar de sexo. “Esta peligrosa tendencia será una mancha en la historia de nuestro país y debe terminar”, indicó el mandatario en el decreto. Como parte de la nueva regulación, el Departamento de Salud tiene un plazo de 90 días para emitir nuevas directrices sobre la atención médica a menores con disforia de género.
Además Donald Trump destacó que: “Fuimos los más ricos relativamente, de 1870 a 1913. Eso fue lo más rico. Porque cobrábamos aranceles… teníamos tanta riqueza. Por supuesto, ahora se la regalamos a los transexuales… todo el mundo se hace una operación transexual“.
La orden también instruye a las autoridades sanitarias a eliminar la cobertura de procedimientos de transición en los seguros públicos TRICARE y Medicare, que anteriormente permitían acceso a tratamientos hormonales y cirugías de afirmación de género. Con esta medida, miles de familias verán limitadas sus opciones médicas en un tema que sigue generando amplio debate en Estados Unidos.
Reacciones y desafíos legales
El decreto ha sido recibido con indignación por organizaciones de derechos humanos y defensores de la comunidad LGBTQ+. La directora del programa sobre género, sexualidad e identidad de Amnistía Internacional en Estados Unidos, Karla Gonzales Garcia, calificó la decisión como “un enorme retroceso en materia de igualdad” y acusó a la administración Trump de “hacer del odio y la discriminación su agenda”.
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Por su parte, la organización GLAAD denunció que la retórica del decreto es “asombrosamente inexacta, incoherente y extremista” y aseguró que los cuidados de salud para personas trans están respaldados por todas las asociaciones médicas de prestigio. Se espera que la medida enfrente una serie de desafíos legales, ya que abogados especializados en derechos de las minorías han anunciado que preparan demandas para frenar la aplicación de la norma.
Un cambio que refuerza la agenda conservadora
El decreto de Trump se suma a una serie de medidas impulsadas por gobiernos estatales republicanos para restringir el acceso a tratamientos de cambio de género en menores. Actualmente, 26 estados han adoptado leyes que limitan o prohíben estos procedimientos, reflejando una creciente ofensiva contra los derechos de las personas trans en el país.
Además de la prohibición de financiación para tratamientos de transición, la Casa Blanca ha emitido otra orden ejecutiva que impide a las personas transgénero enlistarse en las Fuerzas Armadas, argumentando que el servicio militar debe reservarse para quienes cumplen con “estrictos estándares físicos y mentales”.
El debate sobre los derechos trans en EE.UU. no solo continuará en la arena política, sino también en los tribunales. El Tribunal Supremo deberá pronunciarse en junio sobre una demanda del Departamento de Justicia contra el estado de Tennessee, en un caso que podría marcar el rumbo de la política de identidad de género en el país. Mientras tanto, la nueva orden ejecutiva de Trump reafirma el rumbo conservador de su gobierno y sigue dividiendo a la sociedad estadounidense.
