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En Palestina muere un menor de edad cada 45 minutos

En 2024 la ONU confirmó que al menos el 70% de los fallecidos en gaza eran mujeres y niños. Un acuerdo de paz se ve aún muy lejos.

Desde el reinició de los bombardeos a la franja de Gaza por parte de Israel, la cifra de menores de edad muertos ha escalado hasta cifras realmente escalofriantes. Pero es que, sin ir muy lejos, la ONG Save the Children calculó que a lo largo del conflicto entre Hamás e Israel han muerto casi 18.000 niños; 270 en la última semana en que se retomaron las hostilidades.

Los niños mueren mientras duermen en tiendas de campaña; sufren hambre y son atacados. La única manera de garantizar la protección de los niños y las familias es mediante un alto el fuego definitivo“, declaró la ONG estadounidense en un informe.

En el citado documento, publicado en colaboración con el Ministerio de Salud de Gaza el pasado lunes 25 de marzo, se enlistó los nombres de más de 50.000 palestinos confirmados como muertos por Israel en Gaza desde el 7 de octubre de 2023, cuando comenzaría el conflicto. De las 1.516 páginas, 474 incluyen los nombres de 15.600 niños; otras 27 páginas revelan a 876 bebés muertos, muchos sin ni siquiera un nombre o un documento de identidad. Estos números han aumentado exponencialmente en tan solo días.

En promedio, un menor muere en Palestina cada 45 minutos por la invasión que he llevado a cabo Israel desde hace año y medio.

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Testimonios de los niños Palestinos desde las ruinas.

Desde el otro lado del relato, lo menores que aún continúan con vida pasan sus días en mitad de los escombros de Gaza. Para un informe de la agencia de noticias CNN en Español, dos niñas comparten sus reflexiones sobre todo el terror que han tenido que vivir:

Hemos perdido todo, ¿Como podemos estudiar y como podemos vivir? (…) solía estudiar en las escuelas, pero ahora estamos en carpas, y yo estudio en una carpa, y la carpa ni siquiera está disponible siempre“. confiesa la primera niña. “Espero tener una vida como la que tenia antes, podía estudiar, jugar, correr y todo era normal.”, dice la segunda.

De la misma manera, Mohammed Thaher cuenta desde las ruinas del campo de refugiados de Yabalia, para las cámaras de Naciones Unidas, que los niños ya no tienen espacios para hacer algo tan de ellos como es jugar.

No hay dónde jugar, todos los lugares aquí están llenos de escombros. Tenemos miedo de caernos o de que nos caigan piedras encima y nos lastimemos y luego tengamos que ir al hospital. Incluso los hospitales no están funcionando bien para atender a los heridos. No sabemos qué hacer“.