La Casa Blanca ha confirmado oficialmente este martes la entrada en vigor de un nuevo paquete de aranceles contra China, que eleva los gravámenes totales hasta el 104%, una cifra sin precedentes en la historia reciente del comercio internacional. La decisión fue adoptada tras una reunión de alto nivel entre Trump y funcionarios del Departamento de Comercio, en la que se analizó el impacto económico y geopolítico de esta medida.
Los nuevos aranceles, que incluyen un aumento adicional del 50%, se aplican como respuesta directa a las recientes represalias económicas de China, que incluyeron tasas del 34% a productos estadounidenses, restricciones a materias primas clave y sanciones contra empresas norteamericanas. Pekín, por su parte, ha denunciado la estrategia de Washington como “chantaje económico” y ha respondido presentando una demanda ante la Organización Mundial del Comercio.
Escalada global y efecto inmediato en los mercados
La medida forma parte de una estrategia más amplia del presidente Trump, que ha reiterado su intención de mantener estos aranceles mientras renegocia los términos del comercio con países clave. La opción de una tregua de 90 días, sugerida por algunos asesores económicos, ha sido descartada por completo por el mandatario.
La respuesta de los mercados no se ha hecho esperar. Wall Street, que comenzó la jornada con optimismo, dio un giro brusco tras el anuncio. El índice S&P 500, que llegó a subir un 3,5% en la apertura, cerró con una caída del 0,5%. El Nasdaq sufrió un desplome aún más pronunciado, perdiendo un 1%, mientras que el Dow Jones sigue en riesgo de entrar en territorio bajista. Las bolsas europeas y asiáticas también han sufrido fuertes retrocesos, con el índice Hang Seng de Hong Kong desplomándose un 13% y el yuan cayendo a niveles mínimos.
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El conflicto comercial ha alcanzado así un nuevo clímax, con consecuencias que se sienten más allá de Washington y Pekín. “China quiere llegar a un acuerdo, pero no sabe cómo hacerlo”, declaró Trump este martes en su red Truth Social, reafirmando su intención de endurecer el pulso con el gigante asiático.
En un contexto marcado por la incertidumbre económica global, la nueva ofensiva arancelaria abre un capítulo especialmente tenso en la relación entre las dos mayores economías del mundo. Y con los mercados reaccionando con extrema volatilidad, el coste de esta guerra comercial podría comenzar a sentirse con fuerza en los próximos días, tanto en Estados Unidos como en China.