Filippo Sorcinelli, el diseñador que desafía los estereotipos del vaticano se sintió fascinado por la estética religiosa. Las imágenes sagradas, los vitrales y los ornamentos capturaron su imaginación. Ese asombro lo llevó a fundar el Atelier LAVS (Laboratorio Atelier Vesti Sacre), un taller donde crea vestiduras y objetos litúrgicos que combinan tradición, espiritualidad y diseño contemporáneo.
Su vínculo con el Vaticano comenzó en 2008, cuando diseñó una prenda especial para el papa Benedicto XVI. Este encargo abrió las puertas a una colaboración duradera. Desde entonces, confeccionó más de 50 vestiduras para Benedicto XVI y, años después, más de 20 piezas para el papa Francisco, incluyendo la casulla que usó el pontífice en su misa inaugural en la Capilla Sixtina.
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Una vida entre la fe, el arte y la identidad, así vive el diseñador del Vaticano
Cada prenda que Sorcinelli crea va más allá del ornamento. Las telas ligeras, los detalles sobrios y las texturas delicadas responden a un estilo austero que se alinea con la visión pastoral de Francisco. Pero Sorcinelli va un paso más allá. Incorpora el olfato en su obra: impregna las telas con aroma a incienso, evocando la experiencia sensorial de los rituales religiosos. Así, el arte de vestir al papa se convierte en una experiencia multisensorial. Para él, vestir al sumo pontífice es más que un encargo artístico. Es un acto de fe, un servicio espiritual. Considera su labor una extensión del ministerio eclesial, una forma de comunicar el mensaje cristiano a través de la belleza.
Además de su talento y profunda conexión espiritual, Filippo Sorcinelli rompe moldes. Es abiertamente homosexual y católico practicante, una dualidad que muchos consideran una paradoja. Su imagen pública, tatuajes, torso descubierto y discursos francos, contrasta con la imagen conservadora que suele proyectar la Iglesia.
Sin embargo, Sorcinelli no esconde su identidad. Habla con orgullo de su orientación sexual y de su fe. En entrevistas, ha señalado que la Iglesia debe evolucionar, abrir sus puertas y dejar de temer a la diversidad. “La Iglesia debe ser acogedora, debe afrontar todo sin temor, porque eso también forma parte del mensaje cristiano”, expresó a ‘DW News’.
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Entre contradicciones y reformas
Su historia coincide con una etapa más inclusiva en la Iglesia, especialmente bajo el liderazgo del papa Francisco, quien promovió un enfoque más abierto hacia la comunidad LGBTIQ+. Sorcinelli, con su presencia y su obra, encarna ese cambio: una iglesia que no excluye, que encuentra en la diferencia una oportunidad para reflexionar y crecer.
Vestir al papa no lo convirtió en símbolo de poder, sino en puente entre lo sagrado y lo humano. Y desde su taller, Filippo Sorcinelli sigue bordando un mensaje de fe, inclusión y belleza.