La expansión de Frisby España S.L., que avanzaba con fuerza bajo una estrategia nacional ambiciosa, se ha visto interrumpida por un conflicto legal que aún no se resuelve. La compañía ha anunciado que no aceptará más adhesiones a su programa de franquicias, una medida temporal que toma fuerza justo cuando la marca comenzaba a ganar terreno en el mercado español.
El anuncio se dio a conocer a través de un mensaje público en sus canales digitales. En este, la empresa explicó que la pausa busca resguardar tanto la reputación de la marca como la confianza de quienes esperan sumarse a su modelo de negocio. La decisión llega en medio de un litigio con la firma Frisby de Colombia, que ha generado incertidumbre sobre el uso del nombre en territorio europeo.
Aunque la marca española había despertado interés con su propuesta de franquicias, el conflicto legal obligó a cambiar el rumbo. Desde la directiva de Frisby España señalaron que la suspensión responde a una necesidad de proteger tanto a los actuales como a los potenciales franquiciados, mientras el tema legal se aclara ante las autoridades correspondientes. Según lo informado, la firma colombiana tiene un plazo límite, el 17 de julio, para demostrar que ha hecho uso real y activo de la marca en Europa.
Si no logra sustentarlo ante la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, podría perder el registro, lo que abriría la puerta para que Frisby España avance sin obstáculos en su expansión. La situación pone en juego no solo el derecho al nombre, sino también el futuro de ambas compañías en mercados internacionales.
¿Quién está detrás de Frisby España?
La firma española está encabezada por Jacqueline Guillemine Pérez Parcha, de nacionalidad belga, y Gonzalo Barrenechea Correa, abogado español, quienes han defendido la legitimidad de su operación ante las autoridades europeas. De hecho, en un pronunciamiento anterior, la compañía aseguró que sus argumentos legales fueron completamente validados por la oficina de marcas de la Unión Europea. El pleito, sin embargo, está lejos de terminar, y mientras tanto, las puertas para nuevos franquiciados permanecerán cerradas.
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Así, una marca que buscaba crecer aceleradamente en España se enfrenta ahora a un dilema: esperar a que se resuelva el conflicto con Colombia o redibujar su estrategia en un mercado que parecía listo para recibirla.