En una decisión sin precedentes, el gobierno de Irán anunció la suspensión de la ley que exigía a las mujeres usar el hiyab en espacios públicos. La medida fue confirmada por Mohamed Bagher Ghalibaf, presidente del Parlamento, quien explicó que el Consejo de Seguridad Nacional determinó congelar la aplicación de la normativa tras una profunda revisión del impacto social que ha generado.
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La legislación suspendida fue introducida en octubre de 2024 y contemplaba 74 artículos que establecían desde fuertes multas y prisión, hasta restricciones educativas y laborales para quienes se negaran a cumplir con el uso del velo. La norma fue criticada por organismos internacionales de derechos humanos, incluida Amnistía Internacional, por agravar la represión contra las mujeres y criminalizar su autonomía.
Un cambio tras protestas masivas del pueblo Iraní
El cambio ocurre en un clima social tenso y movilizado. Desde la muerte de Mahsa Amini en 2022, quien falleció bajo custodia policial por no llevar correctamente el velo, las calles de Irán han sido escenario de protestas masivas lideradas por mujeres bajo el lema “Mujer, Vida, Libertad”. Estos movimientos, duramente reprimidos por el régimen, han sostenido durante más de dos años un clamor por libertades básicas.
Aunque la suspensión es temporal y no implica la derogación definitiva de la ley, activistas dentro y fuera del país consideran la decisión como un avance significativo. También advierten que aún queda un largo camino para garantizar los derechos fundamentales de las mujeres iraníes, especialmente en un contexto donde las normas religiosas siguen teniendo peso legal y político.
Por ahora, la comunidad internacional observa con atención este giro en la política iraní, mientras la sociedad civil exige que este sea el inicio de un verdadero proceso de transformación hacia una mayor igualdad y libertad.
