Durante una sesión solemne en el Teatro Nacional de San Salvador, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, reiteró este domingo su postura frente a las críticas internacionales por presuntas violaciones a los derechos humanos bajo su administración. Aseguró que no le afecta ser catalogado como “dictador” y reafirmó su compromiso con el combate a la violencia, afirmando que “la prioridad es la seguridad del pueblo”.
“Me tiene sin cuidado que me llamen dictador. Prefiero eso a ver cómo matan a los salvadoreños en las calles”, declaró el mandatario ante la Asamblea Legislativa, que desde 2021 es ampliamente dominada por su partido. Bukele, que inició su segundo periodo presidencial en junio de 2024 tras una reelección cuestionada, defendió sus políticas represivas como necesarias para sostener los logros en seguridad alcanzados durante su mandato.
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Entre el respaldo popular y las acusaciones de represión
La popularidad de Bukele, que ronda el 85% según sondeos recientes, ha sido un escudo político frente a las constantes denuncias de organizaciones de derechos humanos, que lo acusan de debilitar la institucionalidad democrática y perseguir a la sociedad civil. En su discurso, el presidente arremetió contra las ONG, a las que calificó de “activistas políticos” que según él han protegido criminales bajo el discurso de los derechos humanos.
Uno de los casos más recientes que ha encendido las alarmas fue la detención de Ruth López, abogada de una organización que documenta abusos y corrupción estatal. La Fiscalía la acusa de peculado, pero entidades internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional aseguran que su arresto forma parte de una estrategia para silenciar a críticos del régimen.
Bukele también defendió la polémica Ley de Agentes Extranjeros, que impone un control estricto y carga tributaria a las organizaciones que reciben financiación internacional. La normativa ha sido comparada con leyes similares aplicadas en regímenes autoritarios como Rusia y Nicaragua.
“Democracia, derechos humanos, transparencia… son términos que se usan para mantenernos sometidos”, sostuvo el mandatario, reafirmando su discurso de soberanía frente a presiones externas.
En paralelo, aumentan las denuncias por detenciones arbitrarias, acoso a defensores de derechos humanos y condiciones inhumanas en el sistema penitenciario. Abogados salvadoreños señalan que migrantes deportados, incluyendo más de 250 venezolanos, han sido encarcelados sin pruebas en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), donde se reportan abusos físicos y psicológicos.
Pese a las denuncias, Bukele insistió en que su modelo ha traído “los mejores resultados en la historia” del país. “Mientras ellos discuten semántica, nosotros nos enfocamos en resultados”, concluyó.
